Editorial - Gobierno progresista no, regreso al pasado - El Sol Digital
Editorial – Gobierno progresista no, regreso al pasado

Editorial – Gobierno progresista no, regreso al pasado

Este país no se repone de un drama y entra en otro. Todavía siguen los CDR prendiéndole fuego a Cataluña, sin que se vean por parte alguna acciones contundentes del Estado que disuadan a los delincuentes en sus propósitos, cuando se anuncia que el presidente del Gobierno en funciones llega a un “preacuerdo” con Podemos, los antisistema y enemigos de la democracia española por definición. España está en riesgo evidente por estos dos flancos. Desde los tiempos de la II República no había comunistas en el gobierno de la nación, ahora gracias a Sánchez se sentarán en el Consejo de Ministros de un país miembro de la OTAN. La inversión del dictador Maduro no ha sido en balde.

En su permanente huida hacia adelante con el único objetivo de mantener el poder, que es algo más que el gobierno, Sánchez se olvida de sus propias palabras y une su suerte a la de Iglesias. Hace solo semanas que el presidente del Gobierno en funciones decía que solo pensar que Iglesias estaba en el Consejo de Ministros le producía insomnio, ¿significa eso que ahora ha renunciado a dormir? No sabemos si Sánchez ha dicho alguna verdad en cuanto a la política se refiere desde que le conocemos, pero lo cierto es que no hay rastro de ella por más que se mire.

El caso es que el Comité Federal socialista está sometido y los barones mudos después de que el susodicho regresara aupado por la militancia tras su desalojo de Ferraz. Claro, los militantes son, por su propia naturaleza, más izquierdistas que sus dirigentes, por eso quieren a Iglesias y no a Casado o antes a Rivera. Se les educa en el odio al PP y a éste se le vincula con Franco y el pasado, y ahora además se demoniza a Vox para asustar con el supuesto peligro de la ultraderecha, cuando Sánchez va a necesitar las abstenciones de los sediciosos de Esquerra y de los filoterroristas de Bildu. Podemos ha repetido hasta el hartazgo que la Constitución es “el candado del 78”, y el secretario general del PCE, Enrique Santiago, ha manifestado que querría darle a Felipe VI el mismo tratamiento que Lenin a Nicolás II, incluso  acercándose personalmente a La Zarzuela. Con estos se quiere casar Sánchez e imponernos su gobierno.

Por todo esto y mucho más, es un eufemismo decir que este futuro gobierno será progresista, será en rigor socialcomunista. Y es que Sánchez es el político con menos escrúpulos de la democracia española desde la restauración de ésta en 1978 y ningún medio le importa si se orienta a sus objetivos. Por eso, manda al Rey a Cuba, a la isla cárcel del tirano Raúl Castro con Miguel Díaz-Canel de títere.

Si se consuma este gobierno de coalición, a la sombra de los golpistas y de los amigos de los terroristas, la represión contra el opositor será implacable, las leyes de violencia de género, LGTBI y de Memoria Histórica se impondrán aunque tengan a media España en contra, la enseñanza concertada y la libre elección por los padres de los colegios de sus hijos sufrirá daños irreparables, el déficit público y el paro se dispararán… y esto no es catastrofismo, sino la consecuencia lógica de contar con los enemigos de la democracia para regir la democracia. Si no importó desenterrar a un muerto, Franco, piensen qué no será con los vivos.

De cómo recibió la economía el “preacuerdo”, baste decir que el Ibex 35 fue el único gran índice de la UE que cerró en negativo, se desplomó la cotización de Bankia y repuntó la prima de riesgo.

Casado, mientras, reafirma ante sus barones su viraje al centro. Núñez Feijóo le marca el camino y cualquier idea de recuperar las genuinas señas de identidad del PP, el liberalismo, y de librar la batalla de las ideas frente a la izquierda se arrinconan por molestas. Casado no es un hombre curtido para la “guerra” que se avecina, si acaso Aznar, ni el PP parece preparado para los tiempos que corren. En cuanto a Ciudadanos, su estado es lamentable tras la errática política de su ex líder, ya desaparecido.

Dando por imposible una gran coalición PSOE-PP, si Sánchez levanta el Gobierno que anuncia solo queda una oposición ferozmente inteligente, un auto rearme de la sociedad civil y que los ciudadanos españoles saquen de sí sus mejores virtudes para resistir el tiempo que dure este periodo de sesiones. Bien es cierto que también puede saltar por los aires, por implosión, este montaje por la ambición de los sediciosos de ERC o el irrefrenable deseo de aventuras de Podemos. Confiemos.

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