Una de las ideas que están quedando claras en esta descomunal y desconocida crisis que sufrimos es que el ahora vicepresidente tovarich Pablo Iglesias acaricia el sueño de una España gobernada bajo parámetros bolivarianos, al fin y al cabo en aquella tiranía tiene su alma. Prohibir los despidos, intentar nacionalizar sectores de la economía nacional, las políticas frentistas con sus milicianos de las redes sociales, las alertas antifascistas, sus discusiones doctrinales… todo revela su sueño húmedo.
Primero se avistó a los nuevos bárbaros en la lejanía, acercándose al galope al castillo, ahora ya están dentro y solo queda hacer unas “reformas”.