El Supremo considera «legítima y proporcionada» la obligación de usar mascarilla frente al coronavirus y desestima así el recurso presentado por un ciudadano que consideraba que la medida vulneraba, entre otros, sus derechos a la integridad física y moral y al honor, y además denunciaba la falta de información veraz. Pues no, no es así, señor, la salud de los demás está por encima de sus libros de caballerías.