La chica del cable - ESD132 - El Sol Digital
La chica del cable – ESD132

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Cuando sacas la pandereta e ignoras el gym y la dieta

Brenda Saavedra Casiano

Todo el mundo sabe que la Navidad es tiempo de pasar en familia, salir de compras de última hora y cantar villancicos, todo ello acompañado de comida porque, si no, no hablaríamos de estas fechas. Reuniones familiares sin que falte el turrón, salidas a los centros comerciales con los menús rápidos del establecimiento más cercano a la tienda por excelencia, y entonar las canciones navideñas con un ritmo que solo la boca llena de polvorones es capaz de producir. Por tanto, en estas fiestas es tradición sacar la pandereta e ignorar el gym y la dieta.

Para algunos una excepción, para otros un dilema y para la mayoría el pan de cada día -nunca mejor dicho-. En este último año se ha vuelto muy de moda acudir a nutricionistas y entrenadores personales para bajar esos kilos de más que estorban por todos lados. Hombres, mujeres, jóvenes y mayores, independientemente del sexo y la edad, se marcan metas -la mayoría a corto plazo- para quitarse de encima lo que sobra y después mantenerse. Parece que ya no duele tanto gastarse dinerales en esto si los resultados dan sus frutos y se pierden hasta 14 kilos del golpe, eso sí, con mucho esfuerzo, porque aquí los milagros no existen. También, en las redes sociales son cada vez más los vloggers y bloggers que suben consejos, imágenes, pautas y vídeos relacionadas con este campo para esos seguidores que prefieren ahorrarse el dinero y aumentar su fuerza de voluntad, ya que cuando es gratis es más fácil abandonar, mientras que el que paga lo cumple sí o sí solo al pensar el bajón que ha dado su cuenta a favor de la de su nuevo entrenador. En especial si se tiene en cuenta que estos servicios no suelen ser baratos.

Un cambio increíble desde verano -por eso de dejar atrás la operación “vakini” y centrarse en la “bikini”-, con dos tallas menos y la admiración latente del resto, frente a un diciembre haciendo un pulso con peladillas, gambas y roscones en cada mesa. ¿Marcarse la de la pandereta o no? He ahí la cuestión. Digan lo que digan, la gran mayoría opta por ello, de hecho, varios instructores de diferentes gimnasios del centro de Málaga aseguran que la ausencia de usuarios durante dicho mes se nota considerablemente -por las vacaciones y días de celebración- mientras el aumento de afluencia es protagonista en enero incrementando, incluso, en febrero -por los exámenes del primer mes del año que mantiene a los universitarios en la cueva-.

¿Tanto esfuerzo para tirarlo todo por la borda en tres semanas? ¡Nada de eso! Dicen que todo lo que sube baja, que vida solo hay una y que una vez al año no hace daño. Por ello, la Navidad es una época de comer, relajarse y disfrutar después de tanto esfuerzo, porque, aunque cuidar la alimentación debe ser una constante y hacer deporte un hábito de vida, también hay que darle el gusto al cuerpo y premiarse por los logros conseguidos. Ahora, con esos kilitos de felicidad de más, toca soltar la pandereta -hasta dentro de once meses- y retomar la rutina en la que el deporte dispara las endorfinas y los resultados frente al espejo se hacen ver. Porque, aunque lo realmente valioso siempre está por dentro y lo importante es la curva ascendente que nunca debe faltar en el rostro, ¿a quién no le gusta alcanzar sus objetivos? ¡Eso para quiénes se los marquen en este campo, porque también los hay felices con la pandereta en la mano durante todo el año!

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