La Junta Arbitral de Consumo ha resuelto durante este año más de 800 conflictos, de los cuales un 80 por ciento se han solucionado por mediación
Maite Díaz Torres
Alrededor de 3.000 empresas malagueñas permanecen en la actualidad adheridas a la Junta Arbitral de Consumo, un órgano creado por el Ayuntamiento de Málaga a través del Servicio de Consumo y Sanidad para dirimir los conflictos que surgen entre empresas y consumidores de forma gratuita y dando preferencia a la mediación. Cada vez son más los ciudadanos que ven como una necesidad el permanecer informados y ser exigentes con los servicios y productos que consumen. Sin embargo, muchos desconocen las herramientas que el Ayuntamiento de Málaga pone a disposición del ciudadano para fomentar un consumo responsable y solucionar los conflictos que puedan surgir entre empresas y clientes.
La Junta Arbitral de Consumo está compuesta por funcionarios y diferentes agentes sociales del consumo, como las asociaciones de consumidores y la CEM. Se encarga de solucionar los conflictos que puedan surgir con las empresas, las cuales se presentan voluntariamente. En la actualidad, alrededor de 3.000 compañías forman parte de este sistema, lo cual demuestra hasta qué punto las empresas cada vez se implican más con el consumidor. Las sesiones organizadas por la Junta cuentan con un jurado formado por funcionarios y agentes sociales, que valoran la sentencia a aplicar en cada caso. Durante el proceso, similar al de un proceso judicial, la parte reclamante expone su versión y la reclamada responde. El jurado escucha a los implicados y decide la sentencia, que es de obligado cumplimiento por parte de la empresa que se acoge al sistema. Las sesiones cuentan con la ayuda de profesionales relacionados con el mundo del derecho. La Junta Arbitral de Consumo ha resuelto durante este año más de 800 conflictos, de los cuales, un 80 por ciento han sido solucionados por mediación. Este órgano hace una labor importantísima porque descongestiona los tribunales de justicia. La mediación va a ser una realidad y de hecho lo está siendo ya. Algunas de las ventajas de este organismo son la rapidez con la que se desarrolla el proceso, que evita que el conflicto se encone y el poder prescindir de acudir a juicio, ya que una imputación no beneficia en absoluto la imagen de las empresas. Además, el proceso es gratuito, por lo que el cliente se ahorra un gasto innecesario, dado que muchas de las reclamaciones son tan pequeñas desde el punto de vista cuantitativo que no merece la pena acudir a los tribunales de justicia.
Oficina Municipal de Información al Consumidor
Existe un organismo al que el consumidor puede acudir de forma previa a solicitar un arbitraje en la Junta Arbitral de Consumo. Se trata de la Oficina Municipal de Información al Consumidor, una de las herramientas creadas por el Ayuntamiento para solucionar las dudas y conflictos entre empresas y consumidores. Esta oficina tramita quejas y reclamaciones con la colaboración de las asociaciones de consumidores. Además, ofrece información, formación y desarrolla campañas de concienciación dirigidas a consumidores y al sector empresarial, ya que el concepto sindicalista que se tenía de las asociaciones de consumidores ha desaparecido porque las empresas también consumen. Los temas más tratados en esta oficina están relacionados con las telecomunicaciones y la telefonía móvil. Se realizan muchas reclamaciones por facturas de móviles, contratos que no se querían y venta de viajes online. Si consumidor y empresario no llegan a un acuerdo a través de la Oficina Municipal de Información al Consumidor se pasa a realizar un proceso de arbitraje a través de la Junta Arbitral de Consumo, antes mencionada.
Las entidades implicadas facilitan el diálogo entre las personas y ayudan a solucionar conflictos que muchas veces tienen solución hablando. Este tipo de órganos permiten un diálogo que en los tribunales sería mucho más restringido.