El gobierno balear de la socialista Francina Armengol cada día se supera en su catalanismo. Ahora, impone el catalán a los jueces aunque no tenga competencias para ello, pero qué más da, debe pensar la aliada de los independentistas catalanes.
Después de imponer la lengua cooficial en la administración autonómica -hasta para trabajar en la sanidad pública-, ahora quiere obligar a hablar en catalán a los funcionarios de Justicia, que dependen del Estado.
Pase usted, Francina, a esta mazmorra, reflexione sobre su pancatalanismo y sus filias y sus fobias y cuando vuelva a su tierra compórtese como se esperaría de una presidenta autonómica responsable.