En el restaurante La Deriva, en la Alameda de Colón, de Málaga, a algunos camareros les pueden las ganas de vender, lo que no está mal siempre que sea respetando los derechos de los clientes. Así, en las mesas del exterior, si un cliente pide ver la carta le traen junto a ésta el mantel, los cubiertos… oiga, que no he decidido si voy a comer, solo he pedido ver la carta… Por supuesto, el mantel es reutilizable, de quita y pon, nada de un mantel que haya que enviar a la lavandería, no, cuesta dinero lavarlos. Muy mal.