Según informa Antonio Velázquez, con un sueldo base de 3.683 € (4.636 € si no son de Madrid), más dietas y complementos, diputados como Gabriel Rufián, Joan Tardà y Alberto Garzón apenas trabajan. Por esta razón se desarrolla una campaña de hazteoír.org para que se pongan a trabajar o se marchen del Congreso, lo que parece justo.
Los diez diputados que más se ausentan de la Cámara sin justificar pertenecen a Bildu, Esquerra Republicana de Cataluña y a Izquierda Unida.
El deber de asistencia a las sesiones plenarias vincula a todo diputado y está recogido en el artículo 15 del Reglamento del Congreso de los Diputados: «Los Diputados tendrán el deber de asistir a las sesiones del Pleno del Congreso y de las Comisiones de que formen parte». Si un diputado no asiste al Congreso, su voto (personal e indelegable) se pierde. Y con él, la función de representación de los ciudadanos que les ha sido encomendada.
Más grave es el caso de los separatistas Rufián y Tardà: se saltan las sesiones de manera premeditada como forma de protestar por el conflicto de Cataluña.
Desde el 1 de octubre, día del referéndum ilegal de Cataluña, la actividad parlamentaria de los diputados independentistas ha sido muy limitada.
Y no se les puede expedientar, porque la responsabilidad de fiscalizar la asistencia de los diputados a las sesiones recae en los grupos parlamentarios y en su caso sus propios grupos son cómplices de la estrategia de protesta que llevan a cabo.
El pasado mes de noviembre, el grupo Ciudadanos intentó que fuesen suspendidos de sueldo por su constante desprecio institucional al faltar reiteradamente a las sesiones parlamentarias. Su iniciativa no prosperó porque el PP, PSOE y Unidos Podemos votaron en contra. Sí, el PP también.