Cristina Andrade del Alcázar.- En la Málaga marinera de hoy hace ya un siglo se fundó el primer club náutico de nuestro país, El Real Club Mediterráneo. Por su situación geográfica, Málaga siempre ha sido un puerto en el que desembarcan grandes cargamentos de mercancías provenientes de distintas partes del mundo y desde donde se expande la industria local a otras costas. A través de este intercambio se ha fomentado el comercio marítimo y la pesca de las zonas costeras del mar.
El 20 de septiembre de 1873 un grupo de jóvenes malagueños, aficionados al deporte y las actividades náuticas decidieron emprender este proyecto y fundaron el Club Mediterráneo, cuyo objetivo principal ha sido desde un primer momento, aprovechando la privilegiada situación y clima de nuestra ciudad, fomentar actividades relacionadas con el mar. Vela y remo abrieron la lista de modalidades que se ofertaban inicialmente y a la que se fueron incorporando más adelante otras como natación, pesca deportiva, atletismo, pádel, triatlón, futbito, piragüismo…
El primer presidente fue Tomás Heredia Livermore y en 1892 la Junta General Extraordinaria ofreció la presidencia de honor al Rey Alfonso XIII, gracias a la cual se le concedió el privilegio de utilizar la grímpola, consideración que permite que su escudo lleve los colores rojo y gualda, junto con la corona real. En 1998 se le concedió la Placa de Oro del Mérito Deportivo, la mayor distinción que puede obtener una entidad deportiva en España y que coincidió con el 125 aniversario del club.
La idea de club intentaba imitar a los que ya existía en otros países como lugar de ocio para aquellas personas aficionadas a los deportes, así como lugar de encuentro social y cultural en el centro de la ciudad malagueña. Ya en los años 20 se organizaban fiestas de invierno y grandes regatas en las que participaban embarcaciones de todo tipo, desde jábegas, embarcaciones de vela y a motor. También se organizaban competiciones de remo entre malagueños y gibraltareños.
Desde incluso antes de su fundación, el club ha tenido que afrontar diferentes circunstancias marcadas por los tiempos, guerras, epidemias, precariedad económica… Sin embargo, se ha sabido mantener en pie a lo largo de los años, siendo hoy un ejemplo de apoyo a los deportes de mar a través de la organización de regatas, competiciones nacionales e internacionales a la par que realizando una gran labor social y cultural con la organización de innumerables eventos en relación con la ciudad de Málaga.
A partir de los años 40 comienza la modalidad de Regatas de Invierno, cuando la Costa del Sol no tenía aún esa denominación por la que la conocemos hoy día. Se empieza a hacer sonada la regata de balandros de la bahía de Málaga. El clima, la situación del mar y el viento así como las suaves temperaturas del invierno malagueño, confieren a Málaga el título de “ciudad de invierno”, que ha sabido aprovechar y afirman los responsables el Club que todavía los malagueños no nos hemos dado cuenta de que tenemos un producto (actividades deportivas) que podemos ofrecer 365días al año.
El RCM cuenta con una Junta Directiva que actualmente está presidida por Manuel Narváez, y con la que hemos podido hablar acerca de los problemas que hoy tiene que afrontar un Club como este. “El problema principal es que Málaga vive de espaldas
al mar; el mar es la instalación deportiva más económica que tenemos” afirman, y destacan el poco interés de las autoridades en el fomento de este tipo de actividades. Otra de las problemáticas con las que se encuentran es la falta de atractivo de la costa malagueña, que está sobreexplotada y apenas tiene espacios tranquilos en los que poder dejar el barco y acercarse a las playas. ”El único reclamo de Málaga es la ciudad”, asegura un miembro de la Junta Directiva, a lo que sugiere que el futuro podría estar en el desarrollo de Marruecos y sus puertos deportivos, ya que posee paisajes donde realizar turismo marítimo pero que, sin embargo, tiene una gran carencia en cuanto a servicios y atenciones a los clientes que deciden parar en sus costas.
Otro de los temas que preocupan a este Club es la poca cultura marítima de la población y hacen hincapié en la necesidad de trabajar con los más jóvenes, para que no se pierda esta gran herencia que tenemos por vivir donde vivimos. Debido a esto se han propuesto a través de las actividades marítimas deportivas como remo o vela influir y despertar los sentimientos hacia nuestro mar.
En cuanto al puerto deportivo, cuenta con 130 puntos de amarre, divididos entre distintas esloras de 8, 9, 10, 11´5, 12 y 14 metros, los cuales solo tienen oferta de compra y la necesidad de ser socio para poder tener acceso a ellos. Inauguraron puerto en 2014 y en 2015 construyeron 56 huecos de marina seca a 3 alturas para barcos de hasta 7 metros y con una capacidad de 1.500 Kg. Una innovación poco desarrollada en España pero que, sin embargo, en América, sobretodo Sudamérica, y en el resto de Europa funciona de manera común y frecuente. Un barco parado supone no solo el coste del amarre del mismo, sino que al estar en agua se deteriora con mayor facilidad y necesita una cuota de mantenimiento bastante más grande que con esta nueva modalidad seca. Además existe un servicio de atención a los clientes en el que durante una franja horaria establecida, una persona se encarga de que el barco esté a punto en el agua cuando se quiera navegar y para esto cuentan con una auténtica novedad en el sector náutico malagueño, un toro que utiliza un sistema rápido y eficaz que permite transportar los barcos desde las estanterías con mayor facilidad.
Instalaciones
A parte del puerto deportivo, el club posee una piscina olímpica en la que se realizan competiciones de natación, piscina cubierta de 25 metros, pistas deportivas de tenis, pádel, frontón, así como restaurante, gimnasio y salones para la celebración de numerosos eventos de distinta índole.
Puerto deportivo LA MARINA RCM
Uno de los servicios que oferta el Club es un puerto deportivo propio, llamado La Marina RCM, un centro náutico para aquellos que continúan con la tradición marinera del lugar. Se encuentra situado detrás del dique de Levante, y actualmente está en proceso de construcción un nuevo edificio para embarcaciones, que pretende mejorar los servicios a los socios. Este proyecto, de financiación propia a través de la venta de amarres y cuotas de socios, va a permitir la ampliación de puestos de atraque y contará con servicios como almacenes y varadero para el mejor mantenimiento de las embarcaciones. Además, contará a su vez con zonas de gimnasio, vestuarios y salas para diferentes usos, así como una sección dedicada exclusivamente para el deporte estrella de este club, el remo.