Alberto Pinel: “Hay un momento en la vida en el que o das el salto o es probable que no lo des nunca” - El Sol Digital
Alberto Pinel: “Hay un momento en la vida en el que o das el salto o es probable que no lo des nunca”

Alberto Pinel: “Hay un momento en la vida en el que o das el salto o es probable que no lo des nunca”

Sergio Rodríguez.- Montar una empresa relacionada con el mundo de la construcción en plena crisis. Puede llegar a sonar masoquista, pero en ocasiones las oportunidades no aparecen, se crean. Es el caso de Maia Consultores, un estudio multidisciplinar de arquitectura e ingeniería que nació en la cresta de la ola de la crisis económica. Alberto Pinel, CEO de la compañía, se muestra satisfecho tras seis de años de trayectoria en los que no han faltado las dificultades. Maia Consultores mira al futuro con optimismo acompañada siempre de la autoexigencia en el trabajo y un firme compromiso con la sostenibilidad del medio ambiente.

 

¿Cuándo y cómo decidieron iniciar este proyecto?

La empresa se creó en 2012. La idea llevaba fraguándose muchos años. Para crear una empresa tienes que tener una ilusión, algo que te mueva a conseguir gestionar todo lo que conlleva una empresa sin desanimarte por el camino. Tenía que haber un motor fuerte detrás que te lleve, en nuestro caso diez años antes ya rondaba la idea de montar una empresa de esta clase.

¿Jugó la crisis del sector inmobiliario un papel en ese proceso?

Tuvo un papel determinante. En mi caso particular, un aspecto fundamental era saber dónde me metía. Tenía que tener experiencia, aprender mucho, observar otras empresas del sector para analizar lo que me gustaba y lo que no. Había que conseguir que el proyecto fuera viable desde sus inicios. El peligro de tener experiencia y estar asentado en otras empresas del sector es acomodarte, pues hay un momento en la vida en el que o das el salto o es probable que no lo des nunca. La crisis fue un detonante porque gente muy válida se quedó en situación de desempleo y precariedad profesional. Un proyecto ilusionante como este hizo que se movilizarán y apostasen por algo distinto. 2012 fue la cresta de la crisis pero fue el caldo de cultivo de este proyecto que emprendimos con ilusión en el motivo más complicado. Nuestra empresa es una S.L.P. (Sociedad Limitada Profesional) y teníamos que inscribirla en los distintos colegios profesionales de los miembros de la empresa. Cuando fuimos a registrarla en el Colegio de Arquitectos Técnicos no sabían dónde tenían los papeles para constituir una empresa e incluso llegaron a ofrecernos asesoramiento jurídico para intentar convencernos de que no creáramos la empresa. Quizá si no se hubieran dado aquellas circunstancias el sueño se hubiese quedado en un sueño. La crisis fue nuestro catalizador y la cosa a peor no podía ir (risas).

¿Por qué decidieron que su estudio fuese multidisciplinar?

Esa es la clave de la empresa. Es la idea que inicialmente fraguó. Yo había trabajado en un estudio de arquitectura tres años y posteriormente me vine a Málaga a trabajar a Aertec, una empresa especializada en aeropuertos con un equipo multidisciplinar muy grande y potente. Yo entré con 15 personas en esa empresa y cuando me fui había 212 empleados, es impresionante. El concepto de empresa multidisciplinar que yo viví allí durante diez años me pareció excelente, a diferencia de empresas donde son únicamente expertos en una materia. La tipología de consultora donde tienes representadas todas las disciplinas te da una capacidad de gestión y resolución que no puede ofrecer ningún otro tipo de empresa. Es algo que tenemos que conjugar con no dejar de ser expertos, pues no podemos convertirnos en mediocres por abarcar mucho. Tenemos que cerrar el círculo de todas las disciplinas que engloba un proyecto, que no es tan complicado. Al final cuando ves nuestros servicios son amplios pero están relacionados. Para mi es primordial en el tipo de empresa que queríamos crear. Teníamos que intentar distinguirnos.

¿Por cuál de vuestros proyectos sentís un apego más especial?

Todos son especiales, quizá ello sea otra clave. Que el proyecto sea más llamativo no implica más cariño. Cuando un cliente te pide un trabajo sabe que lo vamos a dar todo. El año pasado ganamos un concurso en Málaga del Plan Especial Guadalmedina. En ese concurso se presentaban empresas muy grandes y conocidas, quizás mencionaría ese ahora mismo como el proyecto estrella, por decirlo de alguna manera.

 

Han trabajado en lugares como Doha o Panamá, ¿cómo han conseguido tener esa proyección internacional?

Cuando creamos la empresa, el sector de la arquitectura y la ingeniería estaba muerto, y prácticamente en España también, siguió muerto varios años y ahora afortunadamente está empezando a resurgir. Nosotros surgimos con una idea que corregimos constantemente para adaptarnos a las circunstancias. Cuando creamos la empresa la conseguimos hacer viable con una serie de contactos que teníamos de nuestra experiencia en el sector con empresas como Aertec, Cemosa y otras grandes constructoras e ingenierías. Nos empezaron a contratar trabajos con subdelegaciones. Era imprescindible salir fuera y hemos hecho proyectos en lugares como Arabia o Doha trabajando el proyecto en inglés. Trabajar en Latinoamérica nos resultaba especialmente sencillo porque el factor idioma nos lo llevábamos de calle. En Panamá hemos hecho bastantes cosas.

Hábleme del compromiso de la empresa con la sostenibilidad.

Una de las cosas que hicimos desde el principio fue formarnos en sostenibilidad en el más amplio de sus significados. Entendemos la sostenibilidad en tres patas: parte energética, parte económica y parte social. Decidimos formarnos y aplicarlo de manera real. Una de las cosas que nunca nos ha gustado es teorizar sin aplicar el conocimiento. Tenemos interiorizado esto y casi ni hablamos de ello porque está asumido. Mi proyecto final de grado estaba relacionado con la sostenibilidad. Una vez que estábamos todos formados fue aplicarlo en nuestros proyectos y en los detalles más mínimos. Esto fue clave en el concurso de ideas de Guadalmedina, ya que la traslación de ese conocimiento a ese caso real no fue de palabra solo, ya que se veía en nuestra propuesta. Somos conservacionistas con elementos preexistentes. Había propuestas de demoler todo y volverlo a hacer. Son proyectos faraónicos con inversiones millonarias poco acordes a los tiempos que corren que después pueden acabar en un cajón. Tienes que adaptar lo que haces a lo que hay porque todo genera consumo energético, como por ejemplo emisiones de CO2. Tenemos analizado en cada proyecto como optimizar la eficiencia y lo aplicamos sin darnos cuenta.

¿Es la burocracia un obstáculo tan grande en este sector?

Es complicado. La gestión de determinados trámites por parte de la administración no favorece. Creo que ha mejorado, pero aún es mejorable. La crisis, como no podía ser de otra manera, también ha traído cosas buenas y espero que no se nos olviden. Se han agilizado determinados trámites y situaciones. No soy partidario de quejas generalistas, habría que ir mirando caso por caso.

¿Por qué decidieron reubicarse en el PTA?

Fue uno de los grandes saltos para la empresa, y acertado claro. La empresa constantemente tiene que tomar decisiones y mejorar cada día. Montamos la empresa en el estudio de uno de los socios de forma eventual para optimizar costes al máximo, pero sabíamos que tenía fecha de caducidad. Hace dos años y medio nos fuimos al Parque Tecnológico. Cuando decidimos dar el salto barajamos varias posibilidades, pero creo que el PTA, salvo por el tráfico y ciertos problemas logísticos, es un escaparate de empresas y te ofrece muchísimas oportunidades. Yo tengo muy buen recuerdo del edificio BIC Euronova porque cuando me vine a Málaga, la empresa que me contrató estaba en el edificio. 14 o 15 años después he vuelto al mismo edificio, que tiene una gente maravillosa que ofrece oportunidades de negocio, networking, entrevistas… pasamos de ser invisibles a estar en un auténtico escaparate. Se nos van a acabar los tres años en septiembre de 2019 y estamos pensando en pedir una prórroga porque estamos muy a gusto.

 

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