Saad Al Jabri denuncia que Bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudita, envió a Canadá un comando saudí para liquidarlo, al ser él un ex espía que trabajó con el ex príncipe heredero, Mohamed Bin Nayef, que permanece en arresto domiciliario desde que fue destronado en 2017. Su familia se ha convertido en moneda de cambio para forzarle a volver del exilio.
El envió de agentes a Canadá para matarle tuvo lugar en 2018, pero el escuadrón no pudo pasar los controles fronterizos del país, caso que recuerdan el del periodista Khashoggi, asesinado por otro comando en octubre de 2018 tras acudir al consulado saudí en Estambul. La inteligencia occidental atribuye a Al Jabri y Bin Nayef la transformación y modernización del aparato de seguridad saudí, clave para combatir a Al Qaeda.
Bin Salman desató una campaña anticorrupción que llevó a la detención de más de 300 miembros de la casa real y hombres de negocio en el hotel Ritz-Carlton de Riad.