Antonio García del Valle Gómez
Miembro de ASETHAN (Asociación Emérita de Turismo y Hostelería de Andalucía )
Y que podrían contarnos de entonces Antonio Franco, el mayor de los Franco Cantos, de Las Mercedes, de Las Pirámides o de sus estancias lejos de nosotros en Sevilla o La Toja, siendo Antonio Presidente del Skål Club de Málaga se puso en la Feria de Agosto, la Caseta del Skål, fue algo sensacional, donde todos y cada uno colaboramos en su éxito, que lo tuvo, o Diego, de sus años en Viajes Torremolinos, de sus innumerables anécdotas, en Londres, en los aviones. (Como curiosidad recuerdo que Diego Franco tenía un “Haiga” al que puso como matrícula, MA-000000 “Costa del Sol”, fue el verdadero creador del Skål Club de Málaga, que tantas buenas actuaciones ha tenido para la Costa del Sol).
¿Cuántas cosas podría contarnos Frutos? que ya estaba situado en Los Álamos, en la Estación de Servicio, y era “mundialmente” conocido por su bien hacer. Frutos, segoviano, de Santa María de Nieva, vino contratado desde Madrid, donde estaba de encargado de una famosa cafetería de la Gran Vía. ¿Recordáis aquellas carnes?, el solomillo de bola que tantas hambres aplacaron y aquellas peñas que se formaban, las primeras partidas de mus y sobre todo…. allí se hablaba de fútbol.
Aquello fue el origen, no cabe duda. Luego los ’60, que fueron años más prolíficos, con hoteles como el Costa del Sol, Carihuela, Tropicana (con sus “Tres Mosqueteros” Canales, Romero y Velasco), Los Álamos, Marymar, Tres Carabelas, Nautilus, Tritón, Riviera, Delfín, Al Andalus…, aquellos pioneros y pioneras como Gálvez del Postigo, Ignacio López, banquero y presidente del Hotel Carihuela Palace, Ramón Rocabruna, que llegó para inaugurar el Carihuela, época dorada de aquel hotel con su cocina excelente, su famosa Parrilla, donde tuvimos ocasión de ver las mejores atracciones de la época, como los Platers, los 5 Latinos, etc., etc., Juan Jiménez Lopera, el hotel El Pinar, Jilosa y los helados Camy, Maurice Beriro que llegó para regalarnos el Tropicana, con sus noches inolvidables en su discoteca de la playa, Luciano Asenjo y Alejandro Abad, del Hotel Los Álamos, grandes hoteleros de grandes hoteles de Madrid, como Ritz y Palace, que también creyeron en la Costa del Sol junto a Mercedes Sanz Bachiller y Javier Martínez de Bedoya, los dueños del hotel. Francisco Ormaechea del Marymar, que estuvo en obras siempre, desde que se inauguró hasta que fue a parar a manos de la Caja de Ahorros de Ronda, Manolo Franco Cubeiro de Los Nidos, Amaragua, Jorge V, Uribe, con los “Luz”…por entonces llegué yo a la Costa, julio de 1.960. En el Miramar estaba de director José “Pepe” Martínez Rodríguez, un catalán de gran simpatía, Juan “Juanito” Moreno de Luna, del Hotel Granada, que era presidente del Club Deportivo Málaga, del Sindicato Vertical de Hostelería y Actividades Diversas y del Skål Club de Málaga. Por aquellos días asesinaron al presidente de los Estados Unidos de América, John F. Kennedy, y alguien que encontró un amigo en la Alameda, le dijo, “han asesinado al presidente”, a lo que contestó de inmediato el otro, “pobre Juanito con lo buena persona que era”. Recuerdos de Rafael Ríos, gran hombre, bonachón y buen carnicero, de Salvador “El Barriguita”, el pescadero, ambos surtían la mayor parte de los hoteles de la costa. Enrique Bolín, nuestro flamante alcalde de Benalmádena, que nos suministraba con su pequeño vehículo, productos de su granja, allá en el Hotel Los Álamos. Luego la larga lista de construcciones, hoteles y apartamentos. ¡Ah!, me olvidaba de Juan de la Rosa, el hombre que hizo posible la mayoría de las “aventuras” turístico-hoteleras de la Costa, llegando a acuñarse entonces el famoso slogan “Costa del Sol y de la Caja de Ahorros de Ronda”. La calle San Miguel, la de entonces, con aparcamientos y circulación de vehículos en ambas direcciones. Allí se situó Viajes Aymar, donde conocí a Paco Barbudo (cuantas tardes fuimos a tomar café y unos pastelitos a Poggio). Calle con los negocios de los Manoja, los Del Cid, los Montes, los Poggio, nombres todos muy ligados a Torremolinos. Perdimos antes de la “independencia” a Isabelita, pero Adolfo Manoja seguro podrá darnos algún testimonio del Torremolinos de entonces.
Eurosol, ¿recordáis aquellos tiempos?. En Montemar se vendían terrenos a 60 ptas. el metro cuadrado. “Que caro, no sirven para nada”, decían algunos. Se empezó a construir, ¿demasiado?, podría ser, pero fueron tiempos importantes y el gran lanzamiento económico de Málaga, Eurosol, Sofico, Playamar, Entreplazas… tiempos de bonanza. Posiblemente, Paul Stephens, de La Galería, podría contarnos algo de este sector tan importante. José María Santos Rein, como arquitecto en auge en aquellos tiempos, también podría contarnos cosas del Atalaya, de la Residencia de la Caja de Ahorros de Ronda, del Don Miguel, de Playa del Sol, del Hilton de Marbella y de los muchos trabajos que se hacían por la Costa. Me acuerdo del cuento de los terrenos “que eran solo para vender, no para construir…”, ¿lo recordáis?