Ligeras caídas en los índices europeos y avances moderados en el caso de los estadounidenses, que continúan en máximos históricos, en una semana de transición sin avances en materia comercial y a la espera de las reuniones del BCE (25-jul.) y la Fed (31-jul.) y del comienzo de la temporada de resultados (próxima semana en EEUU y la siguiente en Europa), en la que Powell ha arrojado luz sobre el próximo movimiento en política monetaria en la comparecencia semianual ante el Congreso y el Senado.
El protagonismo de la semana ha estado en las palabras de Powell, reiterando su disposición a actuar como sea necesario para mantener la actual expansión económica, dejando la puerta abierta a un recorte de los tipos de interés el 31 de julio. Este discurso acomodaticio provocaba que las probabilidades de recorte de 50 pbs aumentaran hasta el 21%, después de haber quedado eliminadas tras el buen dato de empleo de la semana pasada y se sigue dando por supuesto un recorte de 25 pbs.
En el plano comercial, se enfrían las expectativas que el mercado tenía depositadas en la vuelta a las rondas de negociación entre EEUU y China. Durante esta semana han mantenido contacto telefónico y aunque no han trascendido detalles de las conversaciones, existen importantes obstáculos para acercar posturas. Por un lado, EEUU exige que China se comprometa públicamente a comprar productos agrícolas americanos y a realizar reformas estructurales, mientras que China pide el indulto a Huawei y la retirada de los aranceles vigentes. Más. Trump ha anunciado nuevos aranceles para el acero procedente de China y México, manifestando que han sido subvencionados con fondos públicos. Respecto a la relación comercial con otros socios, Trump ha pedido al Departamento de Comercio que investigue la nueva regulación que Francia quiere imponer a las grandes tecnológicas americanas y que podría tener como resultado nuevas represalias.
De cara a la próxima semana, daremos comienzo a la temporada de resultados empresariales en EEUU. El consenso espera en EEUU un avance de las ventas del +3,4% y del +0,0% en BPA. En el caso de Europa descuenta unas ventas creciendo +1,0% y BPA +0,8%. Será especialmente relevante ver si las compañías entienden la desaceleración actual como algo puntual o por el contrario como algo más estructural y profundo que les lleve a revisar a la baja sus guías. En esta línea, esta semana han destacado los “profit warning” de: Basf alegando precisamente el impacto negativo de las tensiones comerciales, la desaceleración económica global y la debilidad de la demanda en el sector del automóvil; Danske Bank dado el desafiante entorno del sector bancario; y de Daimler que en las cifras preliminares del 2T19 ha anunciado pérdidas a nivel operativo.
De cara a las próximas semanas, consideramos que lo más relevante a efectos de determinar los movimientos en los activos financieros será la evolución de las expectativas del ciclo económico. Vigilaremos de cerca si, en función de los datos macro que se vayan conociendo (con especial atención a los indicadores más adelantados de ciclo), los bancos centrales cumplen con las expectativas del mercado (¿demasiado “dovish”?, ¿riesgo de decepción?) y si sus medidas de estímulo son suficiente para estabilizar las perspectivas cíclicas, algo a su vez clave para determinar el devenir de los resultados empresariales.
La evolución de estos puntos será determinante para eliminar las dudas y riesgos que persisten sobre el ciclo, y a los que se añadirán después del verano otros temas como el Brexit (prórroga hasta 31-octubre), el presupuesto de Italia para 2020 (que se negociará en otoño con la Comisión Europea, con riesgo al alza sobre TIRes en caso de falta de compromiso con los objetivos de endeudamiento por parte del gobierno italiano) y por supuesto las tensiones comerciales de EEUU no solo con China sino con otros países (entre ellos la UE, para la que finaliza en noviembre la prórroga concedida a la imposición de aranceles al sector automóvil). A ello se suman también las amenazas de Trump a Irán (potenciales implicaciones al alza en el precio del crudo por las tensiones en el Estrecho de Ormuz), a Europa y China por la manipulación de sus divisas para mantenerlas artificialmente depreciadas y a Francia por impuestos a grandes tecnológicas americanas, lo que podría derivar en algún momento en aranceles compensatorios.