Cientos de delincuentes africanos asaltan a los seguidores del Real Madrid en la final de la Champions en Saint Denis - El Sol Digital

Cientos de delincuentes africanos asaltan a los seguidores del Real Madrid en la final de la Champions en Saint Denis

El miedo fue generalizado entre los miles de madridistas que asistieron a la celebración de la final de la Champions en Saint-Denis. La organización de la UEFA no solo fue nefasta sino que la policía gala no intervino en los cientos de asaltos a los españoles en un barrio poblado mayoritariamente por africanos y que para muchos es el barrio más peligroso de la ciudad. Esto sucedía tanto antes como, sobre todo, después del partido, cuando las aficiones abandonaban el estadio buscando transporte público o taxis y se encontraban con grupos organizados de delincuentes que aprovechaban la pasividad policial para robar carteras y móviles intimidando a cuantos encontraban a su paso. Antes del partido, los delincuentes preferían las entradas al partido, después móviles y cualquier pertenencia de valor.

La UEFA se justificó por el inicio tardío del partido hasta 36 minutos en la existencia de miles de entradas falsas que supuestamente habrían comprado seguidores del Liverpool y que colapsaron los tornos. Los cordones de seguridad instalados en las puertas de acceso de la afición inglesa quedaron colapsados por dobles cordones de seguridad que bloqueaban a los aficionados para poder dar así entrada a los invitados vip de la UEFA. Se priorizaba la entrada de los federativos de la UEFA y sponsors a la entrada de aficionados ingleses. Una hora estuvieron bloqueados varios enviados especiales de medios de comunicación en ese acceso y, al final, la única solución fue saltar una valla con la acreditación entre los dientes para intentar evitar el desastre que después sí sufrieron los aficionados.

La policía francesa intentó frenar a la afición con gases lacrimógenos al comprobar como decenas de seguidores intentaban saltar la valla para colarse, algunos de ellos franceses.

Nada más salir del estadio las aficiones se encontraron con grupos organizados de delincuentes que caminaban en grupos robando móviles, carteras o lo que pudieran ante la inoperancia total de la policía. Parecía una ratonera. Intimidaban y al acelerar el paso salían de todas partes con el único propósito de robar. A algunos aficionados les robaron relojes arrancándolos de las muñecas y rompieron los cristales de coches y furgonetas. Este atropello a centenares de españoles se ha intentado ocultar por muchos medios de comunicación para no evidenciar el origen africano de estas bandas criminales.

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