José Luis López Caparrós, al frente del proyecto de la inmobiliaria Braser para levantar un hotel en Hoyo de Esparteros con la firma del prestigioso arquitecto Rafael Moneo, tiene ante sí el difícil reto de depositar 4,8 millones de euros en el Ayuntamiento hasta el 5 de julio, para continuar con el proyecto. Si el Ayuntamiento adelantara, por su parte, determinados trámites administrativos –este proyecto lleva ya 13 años de procesos burocráticos-, caso del desarrollo de la urbanización, contaría el empresario con más facilidades en la negociación bancaria y con los grupos de inversión interesados en el hotel, hasta nueve.

La plataforma minoritaria que se opone a la construcción del establecimiento donde se levantaba una pensión, La Mundial, sin valor alguno hoy, esconde que el solar es un nido de roedores y que la propia Asociación de Vecinos está a favor del proyecto de Braser. Pero José Luis López no quiere politizar su iniciativa empresarial, ya de por sí bastante enredada por la plataforma y la ignorancia interesada de muchos. La perseverancia de este empresario contrasta vivamente con los obstáculos de todo orden que las Administraciones ponen a los inversores. La reflexión de la número uno socialista, María Gámez, de que el proyecto debería revisarse de acuerdo a la nueva correlación de fuerzas en el Ayuntamiento muestra cómo se supedita lo empresarial a la política en la mente de muchos responsables de la cosa pública.