El sobresaliente comportamiento el Rey Felipe VI revocando el uso del título de duquesa de Palma a su hermana Cristina, por su imputación en la causa que se sigue también contra su marido, contrasta con los comportamientos de buena parte de la clase política española con muy pocos gestos ejemplares en una situación de grave deterioro de la vida pública por los numerosos casos de corrupción.