Es un hecho que la memoria histórica solo se refiere a la que juzga los crímenes del franquismo y rescata del olvido a sus víctimas, pero ¿y los crímenes del comunismo en el mismo periodo histórico, el de la guerra civil y sus antecedentes? Precisamente, la matanza de Paracuellos del Jarama, acaecida el 7 de noviembre de 1936, hace 81 años, es silenciada sistemáticamente no solo por los propagandistas de esa memoria histórica sino por quienes la sufren como si ellos fueran los culpables, es decir, las fuerzas políticas y las personas de centroderecha, a las que se hace herederas de una ruin identificación con el fascismo.

Un crimen es un crimen lo cometa quien lo cometa, franquista o comunista, y hay crímenes que se ocultan como los de Paracuellos porque la transición política también se construyó con Santiago Carrillo, el secretario general del PCE, implicado hasta el final en la decisión de perpetrar aquellas ejecuciones sumarísimas. Pero si en aras de la reconciliación nacional nos olvidáramos de aquellos hechos pues bienvenido sea el olvido… pero resulta que hay quienes no desaprovechan ocasión alguna de desenterrar sus muertos, y no en paz, sin que se permita que la otra España haga lo propio con los suyos. Hubo crímenes en los dos bandos, recuérdense todos u olvidémonos también de todos para siempre.