Hay casos que, según cómo se presentan, ofrecen una imagen u otra muy distinta. Una mujer mata a puñaladas a su pareja en San Pedro del Pinatar (Murcia) y alega que fue en defensa propia. Dicho esto parece que así se exonera del crimen que, presuntamente, acaba de cometer, pero ahora debe ser la Justicia quién aclare si el hombre estaba armado o no, porque incluso si el hombre intentó pegarle -lo que no está demostrado y que siempre es condenable- no es razón para matarlo a cuchilladas, en este como en otros casos la proporcionalidad de la defensa respecto a la agresión debe ser tenida muy en cuenta. ¿O matamos a todo aquel que nos agreda?