La marcha de Enrique Canivell de la Vicesecretaría de Comunicación de Vox Málaga es un suma y sigue de infortunios en el partido en la provincia y no solo en Comunicación, que también abandonó la periodista Sonia Crespo. Otros afiliados del partido igualmente han mostrado públicamente su malestar por la marcha de la organización presidida por José Enrique Lara Pelález. Para éste, la salida de Canivell se debe a una decisión de la Vicesecretaría nacional de Comunicación del partido, precisamente el órgano al que Canivell agradece especialmente la colaboración mantenida hasta ahora, lo que induce a pensar que por ahí no van los tiros.

El problema de fondo, naturalmente, no es otro que la no celebración de elecciones primarias, “de momento”, ha dicho Lara. Hombre, algún día de algún año es posible que haya elecciones, sí. Y este es ya un problema de democracia interna. Si tocan elecciones debe haberlas en cuanto el dichoso coronavirus lo permita, pero no se pueden suspender indefinidamente, y hasta que convenga, el proceso de participación democrática de los afiliados, si se cree en la democracia, claro, si no pues se hace bien segando la voz de quienes sienten el partido como suyo. Los estados de excepción en un partido nunca son buenos y terminan con una explosión que produce más daños que los supuestos beneficios que se pretendían.

La experiencia política dice que, desde luego, los problemas no se solucionan escondiéndolos y no dando la cara. Mejor sería no posponer lo que tiene que llegar, y debatir y estudiar las mejores propuestas y que los afiliados decidan quiénes son los mejores para dirigir el partido. Lo que se predica de puertas para fuera, en la sociedad, hay que practicarlo también en casa. Coherencia, se llama.