Martin Gurri, experto en geopolítica y exanalista de la CIA, publicó en 2014 el libro La revuelta del público y la crisis de autoridad en el nuevo milenio. El autor se refiere a una comunidad online convertida en tribu, como si fuera el bando de una guerra, con su propia identidad y su código de conducta. Y, sobre todo, un movimiento aglutinado sobre la idea de rechazo. Farhad Manjoo, experto en tecnología, publicó un artículo de The New York Times con un título muy revelador El poder de las redes sociales para sacudir el mundo, en el que leemos: “Las redes sociales se han convertido en una fuerza política y cultural cada vez más poderosa, hasta el punto de que sus efectos están comenzando a alterar el desarrollo de los sucesos mundiales. Detrás está siempre esa idea de recuperar el poder que supuestamente le han quitado a la ciudadanía, la capacidad para que una comunidad se ponga de acuerdo y se movilice es hoy mucho mayor que nunca”. Martin Gurri explica: “La primavera árabe provocó un derramamiento de sangre y trajo más tiranía. En España, los indignados se convirtieron en Podemos, y Podemos se convirtió en un jugador menor en la actual coalición de gobierno, conocido más que nada por su negativa a llevar corbatas. La mayoría de las otras revueltas, desde el Tea Party en Estados Unidos a los chalecos amarillos en Francia, ni siquiera han conseguido eso. De repente, parecen que han ganado. ¿Pero luego qué?, luego nada, porque carecen de líderes, de organización, de planes, no tienen una ideología coherente, solo existen para estar en contra de algo”. Y más adelante: “Si la sociedad cada vez se polariza más y los polos cada vez se encierran más en sí mismos, los movimientos que surjan de las redes serán necesariamente más radicales”.