Todavía no se ha entregado ni una sola casa para las víctimas del volcán de La Palma, después de más de dos meses de que se iniciaran las erupciones. La burocracia estatal sigue haciendo de las suyas. Algunas visitas oficiales del presidente y algún ministro y poco más; bueno, eso sí, declaraciones y el olvido. Los que perdieron sus propiedades se hacinan en hoteles, casas ajenas y caravanas. Ya son historia y el Gobierno ha cumplido, como suele.