José Luis López Linares, escritor, director y productor de cine español, en El Mundo el 8 de enero de 2022: “Hasta los años 30 del siglo XX, la izquierda de allí era pro-imperio español pero hubo un congreso de partidos comunistas en Hispanoamérica y entonces decidieron apoyar la leyenda negra. Marx ponía el imperio español como un ejemplo. Y Vasconcelos decía que, para hacer la revolución, primero había que volver a unir el imperio. Los soviéticos acordaron que lo más fácil para molestar a Estados Unidos era crear los movimientos indigenistas en la América hispana. Ahí es donde se produce el giro. Y aquí, después de la guerra civil y como una herramienta de lucha contra el franquismo, quizá mal entendida, había una oposición de todo lo que decía Franco. Menos mal que este no habló muy bien del jamón”. Y añade: “Los independentistas también utilizan la leyenda negra. Es lógico, te quieres separar de alguien que ha sido tan horrible, que ha hecho genocidio y que son todos tan espantosos que no puedes pertenecer a eso. Si tuviera que depender de lo que se vende en librerías, estas cosas no saldrían. Todos esos disparates, esas burradas no se sostienen por el libre mercado. Son todas financiadas con dinero público desde el gobierno autonómico”. Un contraejemplo de España: “Cuando llegaron los ingleses a la India, esta tenía una industria textil muy importante. Pues les cortaron el pulgar a 50.000 mujeres para que no pudieran trabajar en los telares. A niñas de 12 años. O las hambrunas provocadas. O que hasta los años 60 en muchos estados de EE.UU. fuese ilegal el matrimonio interracial. Pero Isabel la Católica, con muchos siglos de diferencia dijo: cásense españoles con indias e indias con españoles. Por ejemplo, la mezcla racial de una película como Encanto solo puede pasar ahí en Hispanoamérica, en el imperio español”. Y un diagnóstico: “Que hayamos asumido la leyenda negra es la causa de muchos problemas, como una falta de confianza en nosotros mismos, una especie de complejo de inferioridad que se puede manifestar y puede ser utilizado por el separatismo y por otros sectores. El papel que se juega en Europa o en el mundo está absolutamente determinado por esa falta de defensa: nuestro cuerpo diplomático da pena. No son capaces de defender una idea de España”.