Un análisis del Centro para el Futuro de la Democracia de la Universidad de Cambridge que se basa en 6.852 sondeos de opinión realizados en 169 países a los que han respondido un total de ocho millones de personas afirman que España es uno de los países en los que más ha subido el apoyo a que el gobierno sea dirigido por un líder fuerte que no tenga que preocuparse por las elecciones o por el Parlamento.

La caída del apoyo a la democracia es una de las características que comparten los países analizados, pero la magnitud del cambio en España “es uno de los casos más extremos, según Javier Romero, uno de los autores del estudio”. Los otros países industrializados en los que se da un desplome similar son Grecia, Alemania y Japón. Los cuatro comparten una característica demográfica: tienen una población envejecida. De hecho, el estudio refleja una correlación casi perfecta en las democracias plenas entre el porcentaje de habitantes mayores de 70 años y el descenso del apoyo a ese sistema de gobierno. La consecuencia de ello es que en España casi una de cada 10 personas rechaza la idea de que la democracia es la mejor forma de gobierno. Hace apenas cinco años la proporción era de la mitad. Más de un tercio de los españoles defienden la idea de que haya un líder fuerte que no vea su libertad de acción limitada por el sistema de contrapesos del sistema democrático. Concretamente el 36% de los encuestados. En general, los líderes políticos tienen, como cabría suponer, mucho más crédito que Facebook, Twitter, Instagram o YouTube. De 13 naciones analizadas, España es la tercera, tras Estados Unidos e Italia, en la que la pandemia ha tenido menos impacto a la hora de reducir las divisiones políticas entre la población y de mejorar la valoración que los votantes tienen de otros ciudadanos que apoyan opciones políticas diferentes de las suyas.