La vejez no escapa tampoco a la ONU, cada vez más presente en nuestras vidas en su búsqueda de un poder global. Bajo un lema tan atractivo como el de envejecer con dignidad y sensibilizar sobre las capacidades y habilidades que pueden aportar los mayores de 65 años a la sociedad, la Fundación «Global Initiative on Ageing» surge como una iniciativa del Pacto de Naciones Unidas desde 2010.
Este proyecto se presentó la pasada semana en Málaga para promover políticas públicas -ya comprenden de qué va la cosa- con la presencia del embajador y representante de la iniciativa, Luis Gallegos. Este activista destacó, y aquí se descubre el cariz ideológico del invento, que las personas más ricas del mundo duplicaron su fortuna a raíz de la aparición del coronavirus, mientras que el 99 por ciento de la población la vio decrecer, lo que ha catalogado como «un problema urgente de justicia social» en el que «Global Initiative on Ageing» intervendrá. Más de lo mismo, otra agencia de la ONU de carácter izquierdista que ve con malos ojos que la riqueza, de los ricos y también de los menos ricos y los pobres, crezca en todo el mundo.