La dieta en verano debe nutrir y refrescar. En esta época del año es aconsejable que nuestra alimentación sea rica en antioxidantes con el objetivo de compensar los efectos de la radiación solar en la piel y, por supuesto, con un alto contenido de líquidos.
Algunos consejos pueden ayudarnos a conseguirlo.
- Dieta variada, equilibrada y con raciones no muy abundantes: frutas, verduras de temporada, lácteos, huevos, marisco, pescado, cereales, pasta y pan (mejor integral) y legumbres en ensaladas. En menor medida también carne.
- Los platos principales deben ser refrescantes y nutritivos. Una buena opción es recurrir a las ensaladas y hacerlas con ingredientes variados, podemos añadirles algo de pasta o legumbres para que sean más completas.
- Podemos recurrir a sopas y cremas frías (gazpacho, salmorejo, crema de pepino o melón…) que nos refrescan e hidratan, tienen alto contenido en fibras y bajo en calorías. Además, el gazpacho, según un estudio reciente, posee propiedades que podrían prevenir la aparición de cáncer de colón.
- El consumo de verduras y hortalizas debe ser en crudo mejor que cocinadas, ya que el calor destruye parte de sus propiedades.
- El agua es fundamental en nuestra dieta su consumo debe ser elevado. Entre 1,5 y 2,5 litros diarios.
- Evitar el consumo de refrescos azucarados por la gran cantidad de calorías extra que nos proporcionan y sin valor nutricional.
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas: el alcohol deshidrata la piel y retiene líquidos.
- Las cenas deben ser lo más ligeras posibles, nos ayudarán a tener un mejor descanso.
- Postre: para terminar las comidas es mejor un zumo natural o fruta. Evitar zumos envasados, helados, dulces, etc.
- Los helados mejor caseros o preparados con zumos naturales y sin azúcar. Mejor los granizados o de hielo que los de crema. Evitar su consumo en la tarde-noche, y si lo consumimos acompañarlo de un buen paseo para quemar al menos parte de las calorías ingeridas.
Es importante recordar que en verano hemos de prestar especial atención a la refrigeración de los alimentos, sobre todo carnes, pescados y mariscos, para evitar infecciones alimentarias.
También sería bueno incrementar el ejercicio físico, nadar, pasear y montar en bicicleta. Recordad, “este verano come sano”, tu cuerpo lo agradecerá.