Costes y oportunidades en el denominado cambio climático. Carlos Ramírez Sánchez-Maroto. Doctor en derecho y sociedad, Revisor experto de la ONU (2020/2022). Grupo de Trabajo III de Evaluación del IPPC - El Sol Digital
Costes y oportunidades en el denominado cambio climático. Carlos Ramírez Sánchez-Maroto. Doctor en derecho y sociedad, Revisor experto de la ONU (2020/2022). Grupo de Trabajo III de Evaluación del IPPC

Costes y oportunidades en el denominado cambio climático. Carlos Ramírez Sánchez-Maroto. Doctor en derecho y sociedad, Revisor experto de la ONU (2020/2022). Grupo de Trabajo III de Evaluación del IPPC

La “lucha contra el cambio climático” se ha convertido en una de las grandes prioridades a nivel mundial en la última década de este siglo. Desde el Protocolo de Kyoto al Acuerdo de París y sus posteriores consecuencias, la mayoría de los países se han comprometido en un ambicioso objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) con el fin de evitar un aumento de más de 2ºC en la temperatura global del planeta para el año 2050.

La crisis económica global ha conducido en varios países a lo que se conoce como pobreza energética, debido a la insuficiencia de renta de los consumidores para asumir el incremento de precios derivados de la lucha contra el cambio climático.

La vulnerabilidad social ante un fenómeno con marcado carácter global dada la magnitud del cambio que puede tener lugar, y los múltiples fenómenos de transformación conllevarán una mayor dificultad para aquellos ciudadanos con menos recursos.

El denominado cambio climático es una lucha particularmente compleja, dado que los beneficios de este proyecto no son visibles a corto plazo. Es más, se empiezan a cuestionar, probablemente por el alarmismo creado desde los medios de comunicación y la falta de una información veraz explicada de forma sencilla a las sociedades de los distintos países afectados.

Ante el desafío a medio y largo plazo que supone el cambio climático, es decir no inmediato o a corto plazo como nos quieren hacer entender, la política ha adoptado dos posturas antagónicas: el negacionismo empedernido apoyado en una supuesta eficiencia económica, y el electoralismo desaforado apoyado en la bandera del ecologismo radical.  Ambas posturas son ineficientes.

La mera imposición, apoyada en el convencimiento de que se está en el lado correcto de la historia, nunca consolidará una tarea tan ambiciosa como esta y que requiere de una participación activa de toda la ciudadanía.

Adaptar los instrumentos adecuados a las necesidades de la ciudadanía debe ser la principal respuesta para acompasar el proceso sin caer en un conflicto irreversible. Sin embargo, esos instrumentos no deben focalizarse solo en las necesidades energéticas, sino que debe formar parte de una estrategia general de la competitividad de las empresas, contra la vulnerabilidad social. Es también una estrategia global contra la pobreza y la exclusión social.

La investigación y la innovación en alternativas al consumo de fósiles debe acentuarse. Se espera que el costo de producción de hidrógeno verde in situ (excluidos los costes de transporte y almacenamiento) se reduzca a la mitad para 2030.

Corea del Sur, ha anunciado planes ambiciosos para convertirse en una economía basada en el hidrógeno para 2050. Esto incluye planes para tres ciudades impulsadas por hidrógeno para 2022 y la aceleración de la implementación de vehículos de pila de combustible (FCV), todos los cuales han llevado al país a una carrera frenética para invertir en hidrógeno.

El costo es el mayor desafío hoy en día, ya que el hidrógeno verde cuesta entre 2 y 4 veces más que el hidrógeno de combustibles fósiles. Está previsto que esto cambie para 2030.

Las políticas de cero emisiones netas, la caída de los costos de las energías renovables y la fuerte actividad comercial en la fabricación de electrolizadores y las ganancias de eficiencia podrían generar una disminución de hasta un 50 por ciento en los costos del hidrógeno verde para 2030.

La magnitud de reducción de costos requerirá precios de electricidad renovable por debajo de costes actuales por megavatio-hora, implementaciones de electrolizadores de gran tamaño y horas de alta carga.

Actualmente, Corea del Sur es el quinto mercado de hidrógeno a nivel mundial, y se espera que la demanda del país alcance los 4,44 millones de toneladas métricas este año 2020, con cerca del 86 por ciento de la demanda proveniente de las refinerías.

Para 2030, la energía eólica terrestre y solar a gran escala puede ser un 20 por ciento más barata que la energía a base de carbón, mientras que la energía eólica marina y la energía solar distribuida serán más baratas que la energía a gas.

Los costos más bajos de las energías renovables ayudarán a desplazar los combustibles fósiles por energía más limpia, al tiempo que mantendrán precios estables de energía para el usuario final.

La industria energética en este momento, se podría decir que todavía estamos tratando de construir el silo adecuado, y ahí es donde los nanomateriales pueden ayudar.

Los paneles solares son una herramienta increíblemente importante para generar energía limpia y sostenible en algunas partes del mundo con drásticas fluctuaciones en su disponibilidad de luz diurna. Como una solución, el panel antisolar.

Los paneles antisolares ofrecen una forma de capturar energía por la noche. Junto con los paneles solares convencionales, los paneles antisolares crean una fuente de energía sostenible que se puede usar todo el día y todo el año. A pesar de su similitud lingüística con el panel solar común, los paneles antisolares no se parecen a los paneles fotovoltaicos convencionales.

De otra parte, las baterías de iones de litio ya usan nanotubos de carbono como aditivos conductores en los electrodos de las baterías para que se carguen más rápido y duren más. Y un número cada vez mayor de baterías usa partículas de nano-silicio en sus ánodos para aumentar la cantidad de energía almacenada.

El diseño de la batería, durante mucho tiempo, se ha basado principalmente en encontrar materiales de energía progresivamente mejores y combinarlos para almacenar más electrones.

Este proceso, llamado nanoestructuración, introduce partículas, tubos, escamas y pilas de materiales a nanoescala como los nuevos componentes de baterías, condensadores y supercondensadores. Su forma y estructura atómica pueden acelerar el flujo de electrones, el latido del corazón de la energía eléctrica. Y su amplia superficie proporciona más lugares de descanso para las partículas cargadas.

La efectividad de los nanomateriales incluso ha permitido a los científicos repensar el diseño básico de las baterías. Las baterías se hacen más pequeñas, se cargan más rápido, duran más y se desgastan lentamente, pero también pueden ser masivas, cargarse progresivamente, almacenar enormes cantidades de energía durante largos períodos de tiempo y distribuirla a demanda.

El costo de los nanomateriales en comparación con los materiales convencionales es un obstáculo importante, y se necesitan técnicas de fabricación a bajo costo y a gran escala, y ya se ha logrado para los nanotubos de carbono con cientos de toneladas de fabricación para las necesidades de la industria de baterías en China.

En la agricultura, la PAC de la UE, va a cambiar. La agricultura orgánica se debe incrementar en toda la UE, del actual 5 por ciento, al 25 por ciento para 2030. «De la granja al tenedor» (Farm-to-fork) es el nombre de la futura estrategia europea para una nutrición más sostenible. Un estudio del banco DZ predice una muerte masiva de granjas: de las 267.000 que hay actualmente en Alemania, solo 100.000 podrían sobrevivir hasta el 2040.

Después de que los líderes europeos acordaran en julio del 2019 el nuevo presupuesto comunitario, que incluye los fondos de la Política Agraria Común, se ha abierto un proceso que culminará con la entrada en vigor de la reforma de la PAC en enero de 2023.

El paquete de reformas se compone de un reglamento sobre los planes estratégicos de la PAC; otro sobre la financiación, la gestión y el seguimiento de la política agraria; y un tercero sobre la organización común de los productos agrarios. En octubre se procederá a su aprobación definitiva, una vez que se han acordado los fondos de la Política Agraria Común, integrados en el Marco Financiero Plurianual.

La Comisión Europea ha presentado sus estrategias sobre biodiversidad y la referida a “De la granja a la mesa”, elemento del Pacto Verde Europeo centrado en la transición hacia una producción más sostenible de alimentos, con medidas como el aumento de la superficie ecológica o la reducción del uso de fitosanitarios y antibióticos.

Esos requisitos ambientales guiarán la aplicación de las nuevas ayudas comunitarias, para lo que cada país de la Unión Europea elaborará un plan estratégico exponiendo cómo se propone orientar la financiación de la política agraria y satisfacer sus necesidades específicas en consonancia con los objetivos generales de la UE.

El Gobierno español está trabajando en el plan estratégico español con las comunidades autónomas, las organizaciones agrarias, las cooperativas y los grupos ambientalistas.

Aparte del diálogo con Bruselas, en España el debate sobre la nueva PAC gira en torno a varios ejes: la definición de “agricultor genuino” o profesional como beneficiario, un régimen de pequeños agricultores que los favorezca, los límites a las ayudas y su distribución, los ecoesquemas  y el fomento de la agricultura ecológica.

Es imprescindible que esa nueva política ecologista agraria afiance las rentas y productividad de los pequeños agricultores españoles para que entre otras consecuencias, no se origine un indeseable  desmantelamiento social en la Andalucía vaciada.

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