El pasado sábado, 2 de octubre, una pareja almorzó en el restaurante Montana- calle Compás de la Victoria, 5- y al pedir la cuenta se encontraron con un inédito concepto de la hostelería malagueña que el citado establecimiento denomina “bebida especial”, y al precio de 4 euros. ¿A qué se refieren los responsables del local?  Pues, tras la queja de los comensales, explican que como al servir un gin tonic se les pidió que, por favor, sirvieran un poco más porque era muy escasa la medida administrada consideraron que ya tenían 4 euros añadidos a la cuenta. ¿No conocen los medidores o dispensadores y para qué sirven en la hostelería? Por supuesto, no le informaron de nada al cliente al momento de servirle y se lo cargaron más tarde en la cuenta. Se acababan de inventar un nuevo concepto para sacarle un poco más de dinero al cliente, y le  dijeron -a falta de algún argumento- que se da “por sobreentendido” que se carga tal cantidad. ¿Sobreentendido?, ¿por qué? ¿y por qué 4 euros y no 10, por ejemplo? La arbitrariedad por encima de todo, y la falta de transparencia. ¡Qué pena que haya restaurantes así!, porque perjudican a todo el sector. ¿La asociación de hostelería no está interesada en erradicar las malas prácticas no profesionales? Además, sirvieron solo un pan y querían cobrar dos. Menos mal que el público sabe distinguir, era un sábado y solo estaban ocupadas dos mesas, y varios días a la semana está cerrado el local, lo cual indica que no les va, precisamente, bien, y se explica. Peor les puede ir. ¡Cuidado en Montana!