De lo políticamente correcto a lo políticamente abyecto - El Sol Digital

De lo políticamente correcto a lo políticamente abyecto

Pascal Bruckner, ensayista francés, explica que “debemos ser libres de decir la verdad sin ser tildados de racistas o sexistas” y está convencido de que hay una tendencia occidental a la autoflagelación.

En El lamento del hombre blanco criticaba el tercermundismo llorica, 40 años después publica Un culpable casi perfecto. La construcción del chivo expiatorio blanco. Para el discurso feminista, antirracista, y anticolonialista el culpable es siempre el hombre blanco, reducido al color de su piel. La denuncia anti occidental comenzó en Francia: “El origen lo encontramos en los intelectuales de la universidad de Saint-Denis, en la década de los 70, que fueron quienes desarrollaron la deconstrucción, la teoría de la disolución del sujeto: Foucault, Derrida, Barthes, Deleuze… todos fueron exportados con gran éxito más allá del Atlántico y en California se reelabora la teoría al estilo americano, comunitario y racial. Lo que los americanos llamaron french theory ha vuelto a nosotros cuando comenzaba el año 2000 con los subaltern studies (grupos de estudios subalternos) y los estudios coloniales”. Y añade: “Estamos asistiendo a una continua denuncia y nacimiento de racismos nuevos: contra las personas obesas, contra los que tienen un acento distinto, etc… cualquier aspecto de la existencia se ha convertido en una oportunidad para denunciar una discriminación. Como si tras el final del marxismo, estuviéramos huérfanos de una oposición al capitalismo y, por tanto, nos colocáramos en el antagonismo de la lucha racial, entre comunidades o entre sexos, como una nueva causa perfecta para hacer soñar a los jóvenes”.

Sobre el hiperfeminismo opina: “Quizás tenía razón Alfred de Vigny cuando, en 1839 escribió que ofreciéndose desde la lejanía una mirada hostil, los dos sexos acabarían muriendo solos (…)”. Más: “La policía es violenta porque el país es violento (…)”. O “los árabes siempre han considerado que los negros son seres inferiores, habría que leer  L’esclavage en terre d’islam, del antropólogo argelino Malek Chebel (…)”. Y también: “Porque la cultura cristiana de la que se parte implica el culto a la penitencia. Hemos sido educados en la autocrítica y en la autodenigración, en la costumbre de anticiparnos a las observaciones que los demás puedan hacer sobre nosotros y que, de hecho, hacen (…). Una especie de placer es sentir que sobresalimos, aunque sea para mal (…). El problema es que lo políticamente correcto ha abierto camino a lo políticamente abyecto”.

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