Existe una curiosa comparación explicando la perversión del sistema y los problemas de la especulación en el mismo. Explica, de forma sencilla, como se produjo la crisis en la que nos hemos visto envueltos y que estalló en 2007 y de la que aun estamos pagando las consecuencias. Que cada uno saque sus propias conclusiones al respecto.
Dice así esta historia. Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran. Buena parte de la población le vendió sus animales. Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 euros por cada burrito, y otro tanto de la población vendió los suyos. Y a continuación, al tercer día, ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros.
Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó. Al día siguiente mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma aldea para que ofreciera los burros a 400 euros cada uno.
Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los aldeanos compraron sus burros a 400 euros, y quien no tenía el dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.
Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y nunca más aparecieron.
Resultado: la aldea quedó llena de burros y endeudados.
Veamos lo que pasó después: los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar el préstamo. Quienes habían prestado dinero se quejaron al Ayuntamiento diciendo que si no cobraban, se arruinarían ellos; entonces no podrían seguir prestando y se arruinaría todo el pueblo.
Para que los prestamistas no se arruinaran, el alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios prestamistas. Pero estos, ya cobrada gran parte del dinero, sin embargo, no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado.
El alcalde dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el cual quedó también endeudado. Entonces pide dinero a otros ayuntamientos; pero estos le dicen que no pueden ayudarle porque, como está en la ruina, no podrán cobrar después lo que le presten. El resultado: los listos del principio, forrados. Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguirán cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a cubrir toda la deuda porque los prestamistas los valoraron muy por debajo de aquella. Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida. El Ayuntamiento igualmente arruinado.
Las deudas y la propiedad de los burros fueron vendidas por los prestamistas a “fondos buitre” extranjeros que hoy son los propietarios de los burros, de las deudas y del trabajo futuro de los habitantes del pueblo.
Resultado ¿final?: para solucionar todo esto y salvar a todo el pueblo, el Ayuntamiento bajó el sueldo a sus funcionarios, dejó de limpiar las calles y de asfaltar otras….