Editorial - El Gobierno apuesta por el adoctrinamiento de los niños de Primaria, privándoles de conocimientos y regalándoles el aprobado - El Sol Digital
Editorial – El Gobierno apuesta por el adoctrinamiento de los niños de Primaria, privándoles de conocimientos y regalándoles el aprobado

Editorial – El Gobierno apuesta por el adoctrinamiento de los niños de Primaria, privándoles de conocimientos y regalándoles el aprobado

La filtración del borrador del proyecto de real decreto del currículo de Primaria, que afectará a los 2,9 millones de niños escolarizados entre 6 y 12 años, y en el que se recoge lo que se les enseñará, pone los pelos de punta a cualquier padre, miembro de la comunidad educativa o ciudadano en general que no haya sufrido el lavado de cerebro que el Gobierno practica de continuo para vestir sus políticas, en este caso la educativa, por llamarla convencionalmente.

Entre las ocurrencias del proyecto se teoriza sobre el “sentido socioemocional” de las Matemáticas para así fomentar el “bienestar” de los alumnos y con una “perspectiva” de igualdad, incentivando vocaciones profesionales “libres de estereotipos sexistas”. El objetivo es “combatir actitudes negativas” hacia esta materia y “erradicar ideas preconcebidas con el género”. Es decir, un poco de todo su popurrí socialcomunista, pero apenas nada de conocimientos para desarrollar una carrera profesional en un mundo global y competitivo.

Un ejemplo. En el “sentido socioemocional” de Matemáticas se trata de desarrollar “destrezas personales” para “reconocer las fuentes de estrés, mantener una actitud positiva, ser perseverante y pensar de forma crítica y creativa”. ¿Y de Matemáticas qué?, cabe preguntarse. Eso sí, se plantea como actividad “esencial” dar a conocer al alumnado las contribuciones de las mujeres a las Matemáticas a lo largo de la historia, lo mismo que en la asignatura de Educación Artística a través del “estudio de producciones creadas y ejecutadas por mujeres”, o en Educación Física. ¿Y de los hombres? Ni pio, no existen, quizá sea la discriminación positiva de género. La verdad es que la obsesión enfermiza por el sexo de los redactores del proyecto  es manifiesta. La idea también es orientar a los alumnos para que las niñas quieran ser ingenieras y los niños maestros, aunque no quieran, da igual, si quiere el Estado basta.

Otra de las principales conclusiones tras la lectura del panfleto del Ministerio de Educación es que pierden peso los conocimientos memorísticos y lo ganan las llamadas “destrezas”. Las actitudes se ponen por delante de la instrucción académica de modo que la palabra género aparece más veces que las sumas o las restas. En Lengua Extranjera no se detallan los tiempos verbales, las conjunciones o los adverbios sino que se habla de autoconfianza y empatía, y todo así.

En la LOGSE, no había suspensos sino “necesita mejorar”. Ahora, los niños solo podrán repetir curso una vez en toda la etapa y esta decisión se adoptará “de forma excepcional”. O sea, que progresamos adecuadamente. Se realizarán trabajos en los que primarán la competencia comunicativa, social, científica y plurilingüe haciendo trabajos en equipo, una opción para aprobar a todos.

Por supuesto, no se estimula la excelencia, el esfuerzo o los méritos del alumno, eso debe ser conservador sino facha. Se quiere acabar con la meritocracia y la exigencia personal, a los que se aplican sesgos negativos. Con un lenguaje de términos etéreos y de “buen rollito” con padres y alumnos se predica el adocenamiento y la mediocridad en el proyecto legislativo.

El resultado de políticas como estas está cantado: no se reconducen los índices de abandono y de fracaso escolar. Iremos a peor y los jóvenes que se eduquen en buenas instituciones académicas no públicas progresarán en su vida profesional, pero la mayoría será conducida como si fuera un rebaño en la dirección de objetivos ideológicos predeterminados que cercenarán sus posibilidades de desarrollo personal y laboral.

La LOMLOE, o ley Celáa, además de sectaria, no ha sido consensuada con la oposición ni la comunidad educativa, lo que refrenda el carácter impositivo del Gobierno. El caso del niño de Sevilla al que recientemente le aprobaron ocho asignaturas de golpe encendió la voz de alarma entre los padres más conscientes. Ahora sabemos más sobre las  intenciones del Ejecutivo, que quiere que los alumnos asuman un compromiso activo en “el respeto por las minorías y las diferentes identidades humanas y personales”, así como en la “conducta sexista”, la violencia contra las mujeres, “el multiculturalismo y las migraciones”, los “problemas ecosociales” o el cambio climático, es decir, la mochila doctrinaria del progre. Qué duda cabe que llevamos años de “guerras culturales” y ahora toca la batalla de las escuelas.

El currículo tendrá que ser complementado con lo que añadan las comunidades autónomas, lo que puede ser motivo de ligero alivio o todo lo contrario, y se legisla sobre “autonomía moral”, el significado de “bueno y malo”… Eso sí, dicen que basándose en la Declaración Universal de Derechos Humanos, los Derechos del Niño, los principios constitucionales y los valores del europeísmo, pero es lo que dicen, lo que hacen es introducir sus sesgos totalitarios envueltos en el celofán de moda.

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