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Editorial – Feijóo tan aplaudido como Casado hace cuatro añosCasado saluda a Diaz Ayuso en compañía de Rajoy y Feijóo (leonoticias.com)

Editorial – Feijóo tan aplaudido como Casado hace cuatro años

Los mismos que en julio de 2018 aplaudieron a rabiar a Pablo Casado en su elección como presidente del PP y santo y seña de una prometida regeneración, ahora lo hacen con Alberto Núñez Feijóo en un congreso en el que no se ha hecho ningún análisis de qué ha pasado, en el que la autocrítica ha brillado por su ausencia y en el que no se han debatido propuestas de ninguna clase, eso sí, se le ha dado la palabra al acusado Casado para que se despida sin estridencias. En suma, en Sevilla se quisieron borrar los malos recuerdos como las huellas de un crimen, como si ese fraudulento empeño fuera posible y, así las cosas, poco se puede esperar en cuanto al rearme del PP, como principal partido de la oposición, en su moderada lucha contra Sánchez.

La representación teatral, en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla (Fibes), contó con 4.000 asistentes mediante el sistema de avales y compromisarios, una nueva fórmula de democracia interna que el PP inventó y a la que se apega. En 2018, cuando Casado, Sáenz de Santamaría y Cospedal compitieron en unas primarias, por vez primera en la historia del partido, pasó lo que pasó y ahora no es cuestión de repetir los mismos errores. De hecho, en estos casi cuatro años muchas cosas vuelven a donde solían, por ejemplo los sorayistas a cargos de importancia.

Como ha escrito con acierto Santiago González, Pablo Casado pasó a la historia después de tres monumentales errores, la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo, el miserable discurso en el Congreso contra Abascal y la operación de espionaje de la señorita pepis contra Isabel Díaz Ayuso, malditos celos. Que Casado tuviera de mozo de mulas a Teodoro García Egea agrava las cosas, pero no aporta nada nuevo.

Pero ahora estamos con Alberto Núñez Feijóo al que, por cierto, le temblaron las piernas y no se presentó a aquellas primarias él sabrá por qué, aunque quizá temiera que se filtraran algunas informaciones sobre compañías poco recomendables, habida cuenta de una de las competencias de Soraya.

Pero la seña de identidad menos conocida de Feijóo es su extremado nacionalismo lingüístico que le lleva a exigir el gallego allí donde puede, como en la Administración y en todos los niveles educativos, atacando como si fuesen enemigos a aquellos que todavía entienden que el castellano debe ser respetado, aprendido y usado en España, caso de la asociación Hablemos Español.

Ya en el frente nacional, ¿Feijóo va a rebajar las crecientes expectativas electorales de Vox?, no es líder para eso porque… ya lo ha dicho en su congreso, que nadie es más español ni patriota que nadie. Hombre, Alberto, más que Otegui y de ahí para abajo creemos que sí hay millones de españoles. Él cree, y tiene todo el derecho, faltaría más, en esa meliflua política centrista y moderadita, aunque la situación española sea extremadamente grave en varios planos y requiera de antídotos muy fuertes que se salen del recetario del gallego. Pero de política liberal y sin complejos y de lucha por las ideas del centro derecha frente a la ya contaminada sociedad española por la ideología extremista de izquierdas, nada de nada. No ha venido para eso, ni vino Rajoy, ni Casado, claro, y en cuanto a Aznar ma non troppo. Por todo eso y mucho más, Vox sube en algunas encuestas a 80 diputados y empieza a disputarle al PP la hegemonía de la derecha. Allá cada cual.

Eso sí, el ascenso del presidente del PP de Málaga y consejero y portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, ha sido espectacular. Ahora estará más expuesto y bajo microscopio, pero su carrera ya puede considerarse un éxito como pocos se han conocido. Seguirá.

 

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