Editorial - Feijóo y su miedo a los cazafantasmas del fascismo - El Sol Digital
Editorial – Feijóo y su miedo a los cazafantasmas del fascismoAlberto Núñez Feijóo. (Xunta de Galicia)

Editorial – Feijóo y su miedo a los cazafantasmas del fascismo

Atendiendo solo a los hechos, objetivamente, el momento no podría ser mejor para el principal partido de la oposición, el PP. Otra cosa es que no se han convocado elecciones y que Pedro Sánchez es un acreditado superviviente. Pero hay otros inconvenientes, y eso que la calle está que arde por las consecuencias de la guerra y la crisis energética, que se traduce en una subida generalizada de precios y su correlato de inflación.

Son muchos los sectores económicos enfrentados al Gobierno, siempre desde el lado de los trabajadores, porque la patronal CEOE es mansa hasta la complicidad, ya lo demostró su presidente Garamendi con los indultos gubernamentales a los golpistas catalanes. Después, Sánchez mete la pata hasta las inglés con la “entrega” del Sahara a Marruecos, propósito en el que no le apoyan ni sus socios comunistas, ni los bilduetarras o los filogolpistas de ERC, sus partners de investidura, Presupuestos, reforma laboral… Entonces… ¿no lo tiene fácil Feijóo? Más difícil que nunca, y no por el escándalo de Casado y García Egea, ejemplos de bochorno político y malas prácticas partidarias allí donde las haya.

Feijóo ha urgido al PSOE a pactos de Estado ante la crisis social que catapulta a Vox y que amenaza la hegemonía de la derecha española. La verdad es que el PP hace ya muchos años que abandonó cualquier seña de identidad propia del liberalismo, firmando todos los papeles que le pasaba el PSOE, las leyes de memoria histórica y después de memoria democrática (dos tazas), las de género y LGTBI, despreocupándose del recurso contra la ley del aborto, el adoctrinamiento en las aulas y un largo etcétera. Es lo que podríamos llamar el colaboracionismo con los socialistas, el que también practican los sindicatos llamados de clase, cada vez más centrados en sus privilegios como estructuras y alejados de los trabajadores, como vemos estos días de movilizaciones sociales, y es que las subvenciones son sagradas.

Y no faltan oportunidades, al margen de la explosiva situación interna española, para que Feijóo diera un vuelco a la situación. Sánchez echa leña al fuego, como el 18 de marzo, el día de la humillación de España ante Marruecos “entregándole” el Sahara. Ya otra crisis con Marruecos se cobró incluso la cabeza de la ministra de Exteriores española, González Laya y, sin embargo, Moncloa no ha sido capaz de negociar ni un recambio de la embajadora alauí en Madrid. Lean el programa electoral socialista en su capítulo 7.17 bajo el epígrafe Mediterráneo y Oriente Medio (pág. 285) escrito por el actual ministro de Exteriores, José Manuel Albares: “Promoveremos la solución del conflicto del Sahara Occidental a través del cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, que garantizan el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Para ello, trabajaremos para alcanzar una solución del conflicto que sea justa, definitiva, mutuamente aceptable y respetuosa con el principio de autodeterminación del pueblo saharaui, (…) favoreciendo el diálogo entre Marruecos y el Frente Polisario, con la participación de Mauritania y Argelia…”. Pero los trileros cambian la pelotita bajo la cascara de nuez, aunque se les descubra.

El caso es que Feijóo, aún con el viento a favor, no quiere jugar a caballo ganador porque eso le significaría diferenciarse ideológicamente del PSOE y de sus medios afines, lo que es tanto como posicionarse como una alternativa liberal conservadora, y ese cambio significaría que se le negase el papel de demócrata por los expendedores oficiales de títulos políticos y que se le fusilase por los cazafantasmas de fascismos. Si Casado le dio una “puñalada” al partido que, por poco, no se desangra, quizá Feijóo lo entierre. Continuará.

 

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