La paciencia con la que se tiene que armar el ciudadano común que acude a la Gerencia Municipal de Urbanismo, Obras e Infraestructuras (GMU, para abreviar) de la ciudad de Málaga ha de ser más que bíblica. Y los empresarios, lo mismo, o más. La falta de agilidad administrativa causa daños individuales, empresariales y colectivos a toda la ciudad difíciles de evaluar pero, en todos los casos, injustos e incongruentes con los tiempos que vivimos. Puede afirmarse que la GMU ralentiza el desarrollo económico de Málaga por las injustificables tardanzas en tramitar los expedientes que se les someten.
Si el ciudadano accede a la web del organismo municipal, advertirá que el Consejo Rector lo preside el alcalde y tiene de vicepresidente al concejal Raúl López, después se nominan siete vocales y también al secretario general de la GMU, José Ramón Orense, aunque el factótum es el coordinador general de Urbanismo y Vivienda y gerente de la GMU, José Cardador Jiménez.
La Gerencia tiene su ritmo, aunque los ciudadanos y empresarios precisen de más eficiencia administrativa. Cualquier expediente, aunque sea de los más simples, como la autorización para una división horizontal -que permite, por ejemplo, segregar en una escritura pública un garaje de una vivienda- llevan meses de trámites y mareos del contribuyente, con nuevos requerimientos de papeles, marchas atrás y vuelta a cumplimentar instancias. No digamos nada de las licencias de obras y de un largo etcétera de otras licencias y parabienes oficiales que cualquiera de ustedes, lectores, necesitan en su normal desenvolvimiento personal y empresarial.
La web a la que nos referimos, nueva, es absolutamente ñoña respecto a los fines que debe cumplir la Gerencia y se enroca en un bucle de palabras vacías acerca del compromiso con las nuevas tecnologías de la información que, sin embargo, no desatascan los trámites en dicha Gerencia.
Como recordaba en nuestro número anterior de El Sol Digital, el reconocido arquitecto malagueño Ángel Asenjo, “hay una mentalidad de paralización, parece que el que para es el que lo hace bien, y el que agiliza parece que es frívolo”. Esa mentalidad está en casi todos los despachos de ese bonito, y sucio de polvo, edificio del Paseo Marítimo Antonio Machado número 12. ¿Creen ustedes que los malagueños nos merecemos esta dejadez municipal en asuntos tan claves como el urbanismo, las obras y las infraestructuras?, ¿no creen que los políticos que están al frente del equipo de gobierno deberían estar obligados a darle un cambio radical a este deplorable estado de cosas? No nos tenemos que acostumbrar a que las cosas son así, tenemos derecho a cambiarlas, y cambiarlas ahora.