Parece que la prensa norteamericana, y la de todo el mundo, quedó exhausta tras el titánico esfuerzo por echar de la presidencia de los EEUU a Donald Trump. Es la única razón que podría explicar el silencio cómplice con Joe Biden, que no ha dado una sola rueda de prensa desde que pisó la Casa Blanca hasta el pasado 25 de marzo, demasiado tiempo de falta de transparencia para quien la enarbolaba como bandera. Quizá es que no tenga nada que decir, o pueda decir tonterías después de afirmar que Putin es un asesino, su gran contribución para rebajar la tensión entre las superpotencias. Si lo hubiera dicho Trump… ¡ah, pero Trump era Trump y nos llamaba “enemigos del pueblo” a los periodistas!
Aunque bien mirado, no se trata solo de lo que Biden diga, sino también de lo que hace, caerse tres veces por las escaleras al subir a Air Force One, y después ya en posición erecta adoptar una figura de runnner como si no hubiera pasado nada. Pero sí pasa, y es que no está en las mejores condiciones físicas y mentales para dirigir la nación más poderosa de la tierra, aunque al emperador nadie ose decirle que va desnudo por la escena internacional.
¿Y dónde está el black lives matter que tanta furia desplegó contra el ex presidente y que tanto ayudó en la recta final de éste a su rival demócrata?, ahora quizá solo espere cobrar los servicios prestados. ¿Y qué decir de los documentos, desclasificados por Trump que revelan los negocios de Hunter, hijo del ahora presidente, con miembros del Partido Comunista de China y en Ucrania, entre otros? Pero debe ser de mal gusto practicar el periodismo de investigación cuando se trata de alguien tan querido como un hijo de la alternativa a Trump. Debe ser eso y no ninguna complicidad para que mañana, ya hoy, hagamos business a la sombra de Washington DC.
Pero es la vicepresidenta, Kamala Harris, la que más interés objetivo puede tener en que el viejo Joe se despida después de haberle abierto la puerta del Despacho Oval a ella, que le sucederá mucho más a la izquierda, y es que si Pablo Iglesias ha llegado a vicepresidente segundo del Gobierno español, ¿por qué no esta mujer que podría estar en las filas de la Podemia?
En fin, los próximos meses prometen ser muy interesantes con los nuevos traspiés del presidente, desvelando hasta qué punto los medios de comunicación internacionales pueden extender su apoyo a Biden aunque, a la vista esté, merezca su retiro. Quizá la autocrítica de los medios sea para más tarde.