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Editorial – Morir en Urgencias

Editorial – Morir en Urgencias

Un hombre ha muerto en Málaga tras sufrir un ictus mientras esperaba los resultados en las Urgencias del hospital de Antequera. Cinco horas esperó, hasta que lo encontraron con un bajo nivel de consciencia, días después moriría en Málaga. Ángel Burgos se llamaba, de solo 44 años. El suceso tuvo lugar el 11 de enero. Se ha presentado una denuncia contra el Hospital Comarcal y el SAS porque los hechos pueden ser constitutivos de un delito de imprudencia grave profesional médica, siendo evidente que no ha existido un control adecuado ni supervisión de los pacientes en el servicio, según el abogado de la familia Francisco Vázquez. Se va a solicitar también una autopsia judicial puesto que existe un procedimiento penal en marcha y se le ha pedido al juzgado que solicite copia de las grabaciones de las cámaras de seguridad del hospital, que identifique al personal sanitario que asistió al paciente y que se haga un informe forense de la praxis médica realizada. Los órganos serán donados por la familia.

Este hecho se conoce tras otro que tuvo lugar el 28 de diciembre. Dos consejeras de la Junta tendrán que acudir al Parlamento, y en periodo inhábil, para dar cuenta de la muerte de una mujer, Aurelia Doina, en el hospital San Juan de la Cruz de Úbeda, tras pasar doce horas en Urgencias. Las consejeras son las de Salud, Marina Álvarez, y la de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez, porque la señora fallecida vivía en una residencia concertada. Bueno, pues el PSOE se ha opuesto a estas comparecencias alegando que hay que esperar hasta que finalice la investigación del suceso. Patada a la pelota y que siga el juego, no ha habido falta.

¿Qué tiene que ocurrir para que el SAS actúe radicalmente -yendo a la raíz- de los problemas que aquejan a la sanidad pública andaluza? Estos no son casos de ahora, son estructurales y lo que está en juego es la vida de los ciudadanos, de ahí que no quepan parches y medidas paliativas. La sanidad andaluza está aquejada de una falta crónica de personal, como se puso también recientemente de manifiesto cuando una enfermera del Hospital Clínico llamó a la Policía porque estaba sola en la planta. Son sucesos de juzgado de guardia, y no hay responsable alguno que dimita o se abra una investigación judicial, o acuda el Defensor del Pueblo o… La alarma social la crean estos hechos, no la denuncia de los mismos.

Ahora el SAS saca a concurso las obras para reformar Urgencias en Carlos Haya, ahora, más de una década después del primer proyecto. No hay derecho. También el sistema informático de Urgencias del mismo hospital vuelve a caerse y provoca largas esperas de pacientes, esto el día 15, hace un mes no se podía acceder a las historias clínicas. Resulta que el servidor fue adquirido hace 20 años y tiene también sus problemas. Mientras, la Junta se defiende con excusas de mal perdedor y los ciudadanos echan horas a la espera de que les atiendan antes de que sea tarde.

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