Tal día como hoy de 1945,  Magdalena Goebbels, esposa del ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels, acababa con la vida de sus seis hijos de 4 a 12 años de edad. Luego se suicidaba junto a su marido.

Traundl Junge, secretaria de Hitler y presente hasta última hora en el bunker de Berlín, le preguntó el porqué de la decisión. Magdalena respondió: «Es mejor que mis hijos mueran a que vivan en la vergüenza y el oprobio. Nuestros hijos no tienen sitio en una Alemania como la que habrá después de la guerra». Cualquier cosa menos caer capturados por el Ejército Rojo, que llevaba días asediando Berlín. El eco de la ejecución de Mussolini resonó en la alta jerarquía nazi.

El relato del asesinato de los niños en manos de su madre es escalofriante. Magda, como así la conocían, durmió a sus hijos con somníferos. Una vez dormidos les envenenó colocando una cápsula de cianuro en la boca. No despertaron.

Magda sentía fascinación por Hitler. Después de quedar hipnotizada en un mitin se afilió al Partido Nazi. En 1931 se casó con Goebbels, pero ella lo tenía claro: «Amo a mi marido, pero mi amor por Hitler es más fuerte. Por él estaría dispuesta a dar mi vida».

Era tal la obsesión que los nombres de sus seis hijos comenzaban por la letra «H» (Helga, Hildegard, Helmut, Holdine, Hedwig y Heidrun). Igualmente, el «führer» consideraba a los Goebbels como la familia modelo del Tercer Reich. En cierto modo, Magdalena Goebbels era la primera dama del régimen.

En los últimos momentos, cuando el hundimiento de la Alemania nazi era total, tanto Hitler como el ministro Albert Speer ofrecieron al matrimonio huir con sus hijos, pero la propuesta fue desechada. Al comprobar que Hitler y Eva Braun se iban a suicidar, Magda tuvo claro que ella y su familia tenían que correr la misma suerte.

Paradojas del destino, las últimas investigaciones  parecen demostrar que Johanna Maria Magdalena Behrendt, su nombre de soltera, tenía sangre judía. Un descubrimiento casual del historiador Oliver Hilmes en los archivos de Berlín, demuestran que su padre biológico, el comerciante Richard Friedländer, era judío.