Tal día como hoy de 1847, nacía en Milan (Ohio, EEUU) el científico, inventor y empresario Thomas Alva Edison, apodado el «mago de Menlo Park». La experiencia de Edison en la escuela sólo duró 3 meses. Fue expulsado, alegando su maestro falta de interés y torpeza. Su madre tomó el testigo, inspirando a su hijo una curiosidad sin límites.
Inventos como la bombilla incandescente, el fonógrafo, las baterías recargables, el dictáfono, el vehículo eléctrico o el sistema de distribución de electricidad, son una pequeña muestra de las creaciones del inventor más prolífico de la historia. Su última patente, la número 1.093, la obtuvo con 83 años. Todo ello utilizando la hábil perspectiva del emprendedor que quiere que sus inventos se puedan fabricar en cadena. Con una capacidad de trabajo fuera de lo normal, era inasequible al desaliento. Ningún contratiempo lo desanimada ante un objetivo marcado.
Coincidió en el tiempo con otro genio, Nicola Tesla, que llegó a ser empleado de Edison en Nueva York. Más adelante, ambos protagonizaron la llamada «guerra de las corrientes». Enfrentados públicamente, parece ser que ninguno ganó el Premio Nobel por esta razón, a pesar de sus enormes contribuciones a la ciencia.
La popularidad de Edison en los años 20 y 30 fue tal, que en una encuesta lo señalaron como hombre más grande de los EEUU. El Congreso americano, calculó que Edison había añadido un promedio de treinta millones de dólares al año a la riqueza nacional por un periodo de medio siglo. Hoy, un cráter de la luna lleva el nombre de Edison.