Tal día como hoy de 1945, se estima que falleció Ana Frank. Tenía 15 años, y el tifus contraído en el campo de concentración nazi de Bergen-Belsen, situado en la Baja Sajonia, acabó con su vida.
A la joven judía nacida en Alemania, le habían regalado por su decimotercer cumpleaños un diario, que a la postre, ha pasado a la historia como un símbolo contra la sinrazón, la inhumana barbarie nazi y la discriminación por cuestión de raza.
Su padre, Otto Frank, único miembro de la familia que sobrevivió al infierno de Auschwitz, se encargó en dar a conocer el diario que había escrito su hija. El documento narra las vivencias de una familia judía escondida en una buhardilla de Ámsterdam durante la ocupación por el ejército nazi de los Países Bajos. La persecución sufrida por toda la comunidad judía, les hizo refugiarse en «La casa de atrás».
Cuando el gobierno holandés desde Inglaterra, a través de Radio Orange, hace un llamamiento a guardar diarios y documentos de guerra, a Ana se le ocurre la idea de reescribir sus diarios sueltos en una sola historia con el título Het Achterhuis (La Casa de atrás).
Parece ser que una denuncia de alguien cercano a la familia, hace que descubran el escondite y arresten a todos los miembros de la casa. Por suerte, dos protectoras salvan los escritos antes que “la Casa de atrás” sea vaciada por los nazis.
Ana es deportada primero al campo de exterminio de Auschwitz y después a Bergen-Belsen, donde fallece.
Desde entonces, el escondite de Ana y su familia se convirtió en un museo, el Diario, mundialmente conocido, traducido a 70 idiomas, y la historia se ha trasladado al cine y al teatro.