Tal día como hoy de 1956, la actriz Grace Kelly y el Príncipe Rainiero de Mónaco se daban el sí quiero en la Catedral de San Nicolás del Principado de Mónaco.
Grace era una de las actrices más bellas y deseadas de Hollywood, con un Oscar por «La angustia de vivir». Rainiero III, luchaba por transformar su antiguo y pequeño reino de poco más de 2 kilómetros cuadrados en algo más que un casino. Se conocieron en 1955, cuando la actriz rodó en Mónaco el film «El cisne». Poco después Rainiero viajaba a Philadelphia a pedir la mano de la famosa actriz.
Cuando se anunció el enlace tuvo un eco sin precedentes, y la expectación fue aumentando a medida que se conocían detalles del compromiso.
Fue quizás una de las mejores bodas reales de la historia, sin mencionar una de las más caras. El vestido de Kelly fue diseñado por la prestigiosa diseñadora de vestuario Helen Rose. Llevaba miles de perlas cosidas a mano y una cola de más de diez metros, fue regalado a la actriz por la Metro Golden Mayer. El menú fue pantagruélico, con caviar ruso de plato principal.