Tal día como hoy de 1980, fallecía en Los Ángeles (EEUU), el director y productor de cine inglés Sir Alfred Hitchcock. Ingenioso y genial, su prolífica producción cinematográfica (dirigió 53 largometrajes), cimentó las bases del cine moderno.
Con un estilo propio, fue reconocible gracias a los giros argumentales de sus películas, desenlaces inesperados, la innovación en los encuadres de cámara y la manera en que provocaba al espectador angustia y ansiedad. Fue bautizado como «el mago del suspense» y precursor de lo que posteriormente se denominó «thiller psicológico».
Después de una primera y exitosa etapa en Inglaterra, con películas como «39 escalones» o «El hombre que sabía demasiado», fue llamado por Hollywood a finales de los años 30, concretamente por David O. Selznick, productor de «Lo que el viento se llevó». Impresionado por los recursos económicos que manejaba el cine americano, comenzó a dirigir largometrajes con enorme éxito de público y crítica. «Rebeca» (Oscar a la mejor película.-curiosamente Hitchcock nunca ganó el Óscar al mejor director-), «Psicosis», «Con la muerte en los talones», «Los pájaros», «Crimen Perfecto»,
«Sospecha», «Vértigo» o «La ventana indiscreta”, son una pequeña muestra de la magistral calidad de su cine. Detallista al extremo, sentía fascinación por las mujeres rubias, elegantes y sofisticadas. Grace Kelly, Kim Novak, Tippi Hedren o Janet Leigh, fueron algunas de sus musas. Su relación con ellas, dio mucho que hablar en los mentideros de la época. El ensayista francés Serge Koster publicó en su momento un libro titulado: “Las fascinantes rubias de Alfred Hitchcock”.
Es reconocible en varias de sus películas haciendo breves cameos, incluso en televisión, donde también trabajó con gran éxito.
Así pues, por su innovación y calidad artística, la filmografía de Alfred Hitchcock se encuentra en el altar de los más grandes e influyentes directores del séptimo arte.