Tal día como hoy de 1906, el cortejo nupcial del rey Alfonso XIII y  la joven inglesa Victoria Eugenia de Battemberg, nieta de la Reina Victoria de Inglaterra, sufría un atentado en Madrid. Aunque los reyes salieron ilesos, el trágico suceso segó la vida de 25 personas, entre ellos 15 militares, y más de 100 heridos.

Curiosamente, Alfonso XIII había sufrido otro atentado en París el mismo día del año anterior, del que también salió ileso.

¿Cómo sucedieron los hechos? La carroza real, después de atravesar Madrid desde el Palacio Real a los Jerónimos y viceversa, se encontraba al final de la calle Mayor. En ese punto, a la altura del número 88, el anarquista Mateo Morral, ubicado en el cuarto piso de una pensión, lanzó un voluminoso ramo de flores que camuflada una bomba marca orsini. La explosión fue demoledora. El rojo de la sangre fue el color predominante en el lugar de los hechos y manchó hasta el blanco traje de la novia. Mal presagio para el inicio de un matrimonio. El gentío huía despavorido presa del pánico, mientras observada los cuerpos descuartizados de parte de la comitiva, los más cercanos a la carroza real. El espectáculo era dantesco.

El autor del acto terrorista era un «niño bien» de Sabadell de 26 años de edad, hijo de un industrial textil. Llevaba varios días preparando el regicidio, y aunque no lo consiguió, dejó un reguero de dolor y muerte.

En primera instancia, Mateo Morral logró huir de Madrid, pero el 2 de junio fue reconocido en una taberna cerca de la estación de Torrejón de Ardoz.  Su acento catalán y los buenos modales en relación al humilde atuendo que llevaba puesto le delataron. Cuando se disponían a detenerlo, un cruce de disparos nunca aclarados, acabaron con la vida de Mateo Morral y un guardia.