Tal día como hoy de 1968, el ex Fiscal General de los EEUU, senador por Nueva York, precandidato a la Presidencia de los EEUU por el Partido Demócrata y miembro del destacado del clan Kennedy era víctima de un atentado con arma de fuego en el Hotel «Ambassador» a la salida de un mitin. Robert Kennedy, conocido como Bobby, fallecía al día siguiente por las heridas de bala de un revólver del calibre 22.
El autor del crimen fue un hombre de ascendencia palestina de 24 años llamado Birshan Bishana Birshan, contrario al apoyo político a Israel por parte del senador Robert Kennedy. Fue condenado a cadena perpetua, sin aclarar que fuera un «lobo solitario» o un encargo de la mafia.
En cualquier caso, las últimas investigaciones sospechan de una trama organizada para acabar con la vida de Bobby. La escritora Lisa Pease, después de más de 30 años de investigaciones, revela en su libro “La historia real del asesinato de Robert F. Kennedy”, que el juicio fue una farsa y que fue la CIA la autora intelectual del crimen.
En aquellos años sesenta se sucedieron en Estados Unidos un rosario de crímenes de altas personalidades (Luther King, Malcom X, el propio Robert, y el magnicidio Kennedy cinco años antes en Dallas) que causaron estupor en la sociedad americana, que especulaba con datos fiables de la naturaleza conspiranoica de estos asesinatos.
Desde el punto de vista político, la acción de Robert Kennedy es destacable por su encomiable defensa de los derechos civiles y decisiva participación en la crisis de los misiles de Cuba, actuando de hombre fuerte del gabinete del presidente John Fitzgerald Kennedy.
Es muy probable que Bobby Kennedy hubiera sido el candidato por el Partido Demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, tras su victoria en las primarias de Dakota del Sur y California. Y por qué no decirlo, el futuro presidente de la nación. Dejó viuda y 11 hijos, la última hija póstuma.