El plan migratorio de Biden puede quedarse en agua de borrajas. A pesar de que los demócratas tienen mayoría en el Senado, la distancia con los republicanos es poca.  El voto de la vicepresidenta, Kamala Harris, rompe el empate en la cámara, pero para aprobar el proyecto es necesario el 60 por ciento de voto y los republicanos no están por la labor.

El plan –Acta de Ciudadanía de EEUU 2021– es fundamental para regularizar el estatus migratorio de más de 10 millones de indocumentados en el país. El proyecto asume como prioridad mantener unidas a las familias migrantes y recoge el deseo de otorgar la residencia permanente a los beneficiarios del programa Acción Diferida para los llegados en la infancia, los llamados “dreamers”, que suponen alrededor de 700.000 jóvenes (la inmensa mayoría mexicanos); también se contemplan cambios en a la seguridad fronteriza, lo que incluye la paralización del muro que supera al país con México, así como una mejora en los puertos de entrada que facilite la detección de narcóticos y otros contrabandos. Los demócratas emplean palabras como “aspiracional” para describir el plan migratorio, lo que dan a entender que apenas avanzarán en el proyecto.