“El botánico de la UMA es un museo de seres vivos a cielo abierto” - El Sol Digital
“El botánico de la UMA es un museo de seres vivos a cielo abierto”José Miguel Sánchez Prados, director-conservador del Jardín Botánico de la UMA

“El botánico de la UMA es un museo de seres vivos a cielo abierto”

Juan Alberto Gómez.- José Miguel Sánchez Prados es biólogo botánico de formación, y durante 15 años ha sido docente de los grados de formación en Formación Profesional en Jardinería. También ha impartido clases en el Máster de Gestión de Campos de Golf. Su vinculación con el Jardín Botánico de la Universidad de Málaga (UMA) arranca, prácticamente, desde su germen. Sin embargo, no es hasta 2009 cuando se convierte en responsable de la colección botánica y en director de este delicioso jardín, emplazado entre las facultades de Filosofía y Letras y Ciencias dentro del Campus de Teatinos. Su verdadera alma mater es la arboricultura, un campo donde se mueve como pez en el agua. Le apasionan los grandes bosques. Y, por supuestos, los árboles bien frondosos.

¿Cómo se estructura el jardín botánico de la Universidad?, ¿qué colecciones integra?

Se trata de un jardín articulado en tres niveles y ordenado taxonómica y filogenéticamente según el modelo de Stebbins, aunque hay algunas peculiaridades en los referentes de plantas aromáticas y medicinales. Dicho de otro modo, constituye una representación de todo lo que podemos ver en el clima mediterráneo. Es un museo de seres vivos a cielo abierto. Gracias a la benignidad de nuestra climatología, contamos con plantas tanto subtropicales como del mediterráneo seco.

¿Cuántas especies dispone el botánico de la UMA y qué extensión posee?

Pues ahora mismo tenemos 700 especies diferentes organizadas en una docena de escuelas botánicas y unas quince colecciones temáticas. No es excesivamente grande pues son 1,5 hectáreas, aunque muy bien aprovechadas.

¿El jardín se dedica a la investigación, es lúdico, o un espacio que alberga especies vulnerables?

Durante muchos años, hemos pertenecido al Vicerrectorado de Infraestructuras por lo que realizábamos una labor de soporte a los jardines y zonas verdes del resto de la UMA. Actualmente, dependemos del Vicerrectorado de Investigación y sólo nos dedicamos a esta vertiente. Se trata de un jardín de colección que se estructura en forma piramidal de familia, orden y clase cubriendo todo el espectro del reino vegetal. Esto es, de las plantas más primitivas a las más evolucionadas.

¿Y cuál es el principal rasgo de este jardín?

Fundamentalmente, la alta sostenibilidad. Le explico. En primer lugar, el agua que utilizamos procede de un pozo propio. Además, contamos con un sistema inteligente de regadío gestionado de forma remota. Esta innovación nos permite detectar fallos en el riego. Por otro lado, utilizamos emisores de bajo caudal y goteo para consumir la menor cantidad de agua posible. En segundo lugar, existe un sistema de drenaje ‘en cola de pescado’ y, por si esto no bastara, otro de canaletas que recoge el agua de escorrentía.

Por último, y no menos importante, la gestión de plagas se realiza de forma integrada. Seguimos la normativa española y andaluza aunque, en nuestro caso, reducimos al máximo las dosis de productos fitosanitarios. La única excepción son las palmeras que sufren el picudo. Hay que estar muy encima de ellas. Otro excelente ejemplo de nuestras prácticas sostenibles es la endoterapia. En lugar de rociar al árbol con productos químicos, usamos inyecciones individualizadas y poco invasivas. No puedo olvidar, la suelta de fauna beneficiosa -insectos- que fagocita y parasita las plagas. Como ve, nos esforzamos porque el jardín sea lo más sostenible y circular. Debe existir un ciclo natural.

¿Cuáles son los elementos que hacen peculiar a este jardín?

Pues cuenta con 1.460 metros lineales de setos recortados. No existe en Málaga algo parecido.  Las sucesivas podas y restos de hojas generan residuos que se aprovechan al cien por cien transformándolos en compost o abonado en verde.

Volviendo al principio, el jardín sigue un esquema y diseño muy cartesiano. Todo muy geométrico gracias a la delimitación que dibujan los setos.

¿La cúpula central del jardín es su elemento más emblemático?

Sin duda. Es un umbráculo dedicado a Ibn Al-Baytar, famoso botánico andalusí. Su estructura de hierro laminada tamiza la luz y ofrece unas condiciones ambientales especiales. Por otro lado, la forma circular rompe el diseño cartesiano que mencioné.  Luego, en un margen del jardín también contamos con una selección de la flora árida y semiárida del sur de España.

¿Algunas especies únicas que podamos ver en su recorrido?, ¿cuál nos recomienda?

Me apasionan los árboles. La niña de mis ojos es una ‘Araucaria Bidwillii’. En ella podemos rastrear el origen de los primeros árboles de madera que comenzaron a poblar el planeta entre 300 y 350 millones de años. Si compara esta fecha con el surgimiento del homo sapiens hace 350.000 años, la disparidad es enorme. Considero que es nuestro tesoro más grandioso. Fíjese que lo compré por 135 pesetas en un vivero en Vélez-Málaga y ya tiene una altura considerable. Otro árbol singular, es la ‘Ceiba Insignis’. Nuestro ejemplar destaca por el grosor de los pinchos que tiene. No queda casi ninguno parecido en Málaga.

¿En qué fecha empieza a construirse el jardín, y cuando comenzó a funcionar realmente?

Los trabajos arrancaron en 1996 y, tras una década, en 2005 se inauguró oficialmente.

Pero el jardín tiene una gran vertiente divulgativa y pedagógica, ¿no es verdad?

Realmente, sí. Sirve de soporte docente para el alumno universitario, especialmente, aquellos estudiantes matriculados en ciencias ambientales y biología. Nuestra área didáctica gestiona la visita de grupos. El pasado año acudieron casi 4.000 escolares. Durante estas visitas guiadas disfrutan de talleres, hacen plantaciones, elaboran alcohol de romero e incluso hay gymkanas. El botánico también tiene una función docente a nivel universitario. De hecho, nos piden permiso para impartir clases con grupos reducidos.

Hablemos del futuro del botánico, ¿qué queda por hacer o mejorar?

Siempre hay una planta que falta y el mantenimiento que nunca termina. Estamos modernizando la señalética para incluir códigos QR. Con estos paneles, podremos proporcionar en los móviles toda la información botánica.

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