La Opinión de Málaga del pasado 16 de mayo publicó un extenso reportaje acerca del CNI en Afganistán para proteger a los militares españoles. La misión del Ejército comenzó tras los ataques del 11-S en Estados Unidos y a mediados de mayo llegó a su fin tras diecinueve años. España desplazó los primeros efectivos en enero de 2002 y contaron unos meses después con la ayuda de agentes del CNI. En los primeros años, hasta 2005, actuaban en solitario, pero luego se formaron equipos mixtos de agentes y militares de operaciones especiales. De 2005 a 2015, unos doscientos hombres y mujeres del CNI estuvieron encuadrados en medio centenar de equipos, había militares, civiles, licenciados, diplomados y con estudios básicos.
El CNI tenía dos equipos operativos en Kala Inow y en Herat, un tercero en esta última localidad dedicada a captar información de satélite y un cuarto, de enlace, en Kabul. Esto hasta 2015, cuando quedaron tan solo un centenar de militares españoles y el dispositivo se redujo a un equipo en la capital afgana.
Antes de partir a Afganistán, los agentes se entrenaban con sus futuros compañeros de equipos de operaciones especiales durante meses, en Alicante. Los equipos de espías y militares comenzaron a operar en 1995 en Bosnia y se aplican ahora a todas las misiones de riesgo. De los 102 españoles fallecidos en Afganistán, ninguno es del CNI.