El espionaje marroquí muy presente en Andalucía - El Sol Digital
El espionaje marroquí muy presente en AndalucíaPegasus y el vecino del sur. Contramutis

El espionaje marroquí muy presente en Andalucía

Los informes del CNI evidencian que el espionaje marroquí es, tras el ruso, el más agresivo en España, y no solo por el uso masivo de Pegasus, sino que Rabat tiene en territorio nacional muchos más agentes que cualquier otro estado extranjero, aunque sus tácticas son mucho más simples que las de Rusia, China, Venezuela o Cuba.

Estos operativos encubiertos marroquíes son aireados desde hace una década por el CNI en los tribunales para evitar que obtengan la nacionalidad española y, de paso, quemarlos. La DGED, Dirección General de Estudios y Documentación, es el servicio de Inteligencia exterior de Marruecos, cuenta oficialmente con más de 4.000 agentes y está dirigida desde 2005 por Yassine Mansouri, amigo personal de Mohamed VI, y detrás de este servicio, según sentencias y resoluciones judiciales está la gran mayoría de las operaciones descubiertas en España en los últimos años, aunque también han sido destapados de otras agencias marroquíes , la Dirección de Inteligencia Militar, la Dirección de Vigilancia del Territorio o la Dirección General de Asuntos Internos.

Solo en el último año se han registrados dos roces importantes, según relatan desde el CNI. La entrada de numerosos agentes marroquíes a Ceuta en mayo de 2021, aprovechando la avalancha de unos 10.000 inmigrantes, y casi en las mismas fechas en Logroño la localización de espías en las inmediaciones del hospital en el que se encontraba ingresado Ghali, líder del Frente Polisario.

Los encontronazos entre el servicio español y el marroquí son continuos, según revelan las sentencias de la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional, y es que el Supremo a partir de las resoluciones dictadas entre 2011 y 2013, sentó doctrina obligando al CNI a descubrirle algunas de sus investigaciones porque estableció que los servicios no pueden invocar, sin más, motivos de seguridad nacional para informar en contra de la concesión de la nacionalidad o el asilo o para pedir la expulsión de un extranjero sino que tenían que ofrecer un mínimo de datos sobre las razones determinantes de la decisión. Desde entonces, el CNI va quemando agentes y destapando operaciones. En julio de 2013 reveló la existencia de una trama establecida en Granada y con estrecha relación con el consulado marroquí en Almería, que era desde donde se dirigía esta célula, la cual también estaba vinculada a agentes de la DGVT en Tetuán.

En marzo de 2015, el CNI hizo pública la mayor red de espionaje marroquí conocida para conseguir la expulsión de su cabecilla. Este grupo estaba radicado en Barcelona y actuó desde el 2000, elaboró numerosos informes periódicos, favoreció la difusión de ideologías extremistas religiosas por orden de Rabat y usó una red de colaboradores y confidentes en las cuatro provincias catalanas, para manipular las voluntades de los representantes musulmanes en Cataluña. Otra sentencia de la Audiencia Nacional de enero de 2020 destapó una red de la DGED que operó entre 2008 y 2016 con base en el consulado de Marruecos en Las Palmas. Y un fallo de ese mismo tribunal el pasado septiembre descubrió otra trama que entre 2002 y 2018 trabajó bajo la tapadera de un supuesto desertor del ejército marroquí, según informó el diario Sur el pasado 5 de mayo.

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