El Ministerio de Educación propuso al Consejo de Ministros y este aprobó el pasado 12 de abril el real decreto que permitirá por primera vez que los profesores se conviertan en funcionarios por alguna de estas tres vías: por oposición eliminatoria, no eliminatoria y concurso de méritos. Podrán concurrir tanto opositores recién salidos de la carrera como interinos con años de experiencia, y aquí está el agujero. El poco rigor técnico-jurídico de la norma es evidente, pero al Gobierno eso no le importa, se trata de ganarse a los interinos, su voto, vamos.
Parece razonable pensar que la calidad del sistema educativo tiene mucho que ver con la calidad de los docentes y resulta que el nuevo modelo es más arbitrario y menos exigente. Por si fuera poco, el Ministerio renuncia a fijar criterios comunes en todo el territorio nacional. No es un secreto que se van a generar evidentes desigualdades entre los aspirantes y las reclamaciones ante los tribunales están garantizadas. Hasta los sindicatos están en contra, lo que ya es decir.