Es verdad que no es difícil confundir el culo con las témporas, y el presidente cayó. El mentecato de Malasaña que mintió sobre su agresión no habría incurrido en denuncia falsa, porque tal delito (art. 456 del C.P.) requiere de la imputación de dicho delito a una persona, cosa que no se dio, ya había dicho el susodicho que iban encapuchados. Lo suyo sería simulación de delito (art. 457). Pero que el presidente distinga es pedir demasiado.