No pueden estar en otro lugar que aquí, en el Paraíso, las víctimas de los yihadistas de la pasada semana en Cataluña. Quienes disfrutaban de una tarde de sol, de un paseo, de un café, de un libro, del hijo o de su mujer… y hoy ya no están en sus casas, en sus trabajos, ni en las calles y plazas de España… solo pueden estar en este Paraíso.
A todos ellos, este humilde homenaje en palabras de los que creemos en la vida humana y abominamos de la sinrazón y del sincorazón del terror.