Tras veinte días de debates, Francia ha puesto fin a la moda del lenguaje políticamente correcto en los textos oficiales y así se prohíbe el uso de la falsa gramática igualitaria en cualquier documento publicado en el Boletín Oficial del Estado. El primer ministro, Edouard Philippe aboga por las reglas vigentes por “razones de inteligibilidad y claridad de la norma”, siguiendo así las recomendaciones de la Academia Francesa. También el jefe del gobierno ha afirmado que el masculino es una forma neutra, como en España, y que por ello no hay que referirse a los electores y a las electoras, por ejemplo, basta con electores. Suba usted, monsieur Philippe, a este Paraíso por su valor en la defensa del sentido común.